Dos elementos para construir personajes en un cuento o novela

in Venezolanos Steem3 years ago (edited)

Hola, gente de Steemit: problemas de salud me habían mantenido apartado de la plataforma, pero ya superados, me dispongo a continuar mis posts sobre el arte de contar historias. En esta ocasión, voy a hablar, muy brevemente, sobre dos aspectos que se deben considerar si quieren construir personajes creíbles en un cuento o una novela.
Como siempre, quiero manifestar mi agradecimiento a #venezolanossteem, y a sus conductoras, @solperez y @marcybetancourt, por la oportunidad de publicar en su extraordinaria comunidad.
Saludos.

La actriz Sarah Bernhardt interpreta a Hamlet, uno de los personajes literarios más complejos

Como dijimos en un post anterior, el cuento y la novela comparten elementos comunes, aunque distribuidos en diferentes proporciones. Tanto uno como otra están conformados por una historia (o varias), unos personajes y un ambiente. El cuento, en general, presenta un único personaje principal y algunos secundarios. A veces, dos personajes principales. En la novela, se multiplican los personajes, tanto principales como secundarios.

¿Por qué algunos personajes se nos quedan en la memoria y a otros los olvidamos apenas cerramos las tapas del libro o pasamos la última página del cuento? ¿Qué es lo que define a un buen personaje, esos que pasan a forman parte de nuestra memoria afectiva, como si fueran personas a las que hemos conocido y con las que hemos sufrido y disfrutado?

Trataré de hacer una revisión muy rápida de dos características de un buen personaje, con la intención de que la información sea útil a quienes escriben narrativa en la plataforma.


Harry Potter, el niño mago, es un personaje literario del mundo contemporáneo

Tridimensionalidad

Se dice que un buen personaje debe huir de los “tipos” y “estereotipos” como de la peste. Los “personajes-tipo” son aquellos que podemos definir con una sola característica: la niña mimada, el malo de la clase, la coqueta, el malvado, la mujer sexi, el cobarde, la prostituta de buen corazón, el político corrupto, el hombre bueno, el campesino sabio, la mujer emprendedora… La lista es interminable. El problema es que esta única característica está presente en todas las apariciones del personaje en la historia, haciéndolo predecible y monótono. No importa si es un personaje principal o secundario; su actuación está predeterminada por esta característica.

Los personajes-estereotipos son aun peores, porque reducen las características humanas a simples prejuicios. Así, decimos que “las rubias son tontas”, “los gordos son alegres”, “los locos son felices”, “los enamorados superan todas las dificultades”, y otras sandeces por el estilo con las que se construyen personajes de una o dos dimensiones, tan alejados de la vida como lo estaría un pedazo de cartón recortado.

En oposición a lo anterior, un buen personaje suele ser tridimensional o “redondo”: su personalidad está constituida por diferentes rasgos “buenos” y “malos” (y algunos de estos rasgos, a pesar de ser coherentes en líneas generales, estará en contradicción con otros), con complejas motivaciones psicológicas o sociales. Esto lo hace impredecible para el lector.

Un buen personaje tiene niveles de conciencia como capas tiene una cebolla. Algunos de estos serán evidentes para el lector y otros no. El personaje mismo desconocerá algunos de los rasgos de su personalidad. Con un personaje así, nunca podemos estar seguros sobre cómo responderá ante una situación cualquiera. En un cuento, estas complejidades estarán sugeridas, por razones de espacio, y en una novela serán más explícitas, aunque siempre conservarán algún rasgo oculto.

Lo anterior no quiere decir que todos los personajes deben tener complejidades psicológicas. Sobre todo en los cuentos, esto no es así. A veces necesitamos un personaje tipo, unidimensional, para mayor contundencia de la historia, pero no es conveniente que sea el principal.


El capitán Nemo, personaje de Julio Verne

Capacidad de cambio

En una historia, los personajes experimentan situaciones conflictivas, sean de orden personal o colectivo. Se ven sometidos al abandono, a la muerte, al amor, a los conflictos armados, a la emigración, a una enfermedad, al descubrimiento del sexo, al miedo, a la esperanza después de haberlo perdido todo…

Una vez más, la lista es infinita. Lo que es seguro, es que sea lo que sea que experimenten, será algo importante que impactará en sus vidas (y, con suerte, en la de los lectores). Y eso provocará un cambio en ellos; los personajes no deben ser los mismo al comienzo de una historia y al final de ella.

Si escribes una novela y tus personajes principales sienten y consideran el mundo de la misma manera que al comenzar, algo está fallando con tu historia. Este cambio se puede expresar como una modificación de estado: de la pobreza a la riqueza, del abandono al amor, de la tristeza a la felicidad, de la salud a la enfermedad, de la vida a la muerte… o viceversa.

Los cambios también pueden, y deben, ser más sutiles. Cambios internos que se manifiestan como comprensión del mundo y de sí mismo, aunque el estado inicial y el final sean idénticos. Diría, incluso, que si en un cuento o novela, el protagonista no aprende algo que ni sospechaba de sí mismo o del mundo, esa historia estará incompleta.

Resumiendo: un buen personaje debe cambiar con su historia, y en ese proceso, hacerse más complejo, más humano.

Naturalmente, hay más cosas que ayudan a construir un buen personaje, pero quedarán para otra ocasión.

Gracias por la visita. Vuelvan cuando quieran

Sort:  

Excelente trabajo. Los ejemplos son muy apropiados, pues les permiten a los noveles escritores comprender la importancia de los personajes en los relatos. Siempre es grato leerte, y me alegra que hayas regresado a compartir tus conocimientos en esta comunidad.

Gracias por tu comentario, @solperez. Muchas veces creemos que basta con una buena historia para construir un cuento, sin percatarnos de la importancia de tener unos personajes creíbles para acabar la tarea.
Saludos.

Hola apreciado amigo, que bueno que se haya recuperado. Como siempre, le agradezco este nuevo aporte tan importante, saludos

Hola, @sir-lionel. Puedo decir que estoy en recuperación. Gracias por tus buenos deseos.
Muchos saludos.

Me alegra entrar a Steemit y encontrar algo tuyo, @rjguerra. Gracias!

Gracias a ti, @hljott.

Estupendo esto @rjguerra: "Diría, incluso, que si en un cuento o novela, el protagonista no aprende algo que ni sospechaba de sí mismo o del mundo, esa historia estará incompleta".

Hola, @chretien. Gracias por tu lectura tan atenta. Es una idea que me ha dado vuelta por mucho tiempo: el personaje no solo debe cambiar, sino que el cambio se produce al asir algún tipo de verdad fundamental, que puede ser personal o no.
Saludos.

¡Hola! Me gusto mucho tu publicación y estoy de acuerdo contigo, los personajes pueden salvar o arruinar una historia o cuento y es cierto que en los cuentos los personajes carecen de trasfondo, pero hay sus excepciones mientras que en historias este tipo de personajes sin trasfondo que hunden la historia.

También tienes razón que los personajes deben cambiar gracias a sus vivencias, aunque sea tener un concepto diferente, madurar o ser una persona diferente, si no se verá como que todo lo que paso en la historia fue por nada. Además y siendo sincera, no me gustan esos personajes en donde no tienen nada de carisma, pero tienen poderes y son los únicos que pueden resolver los problemas. Es como recompensar su falta de trasfondo con algún poder o habilidad que los haga indispensable.

Estos elementos son los que hacen de un personaje sencillo a uno complejo e interesante. Por cierto, otro elemento importante sería la motivación del personaje por cumplir algo.

¡Saludos!

Hola, @raquelsiso1. Me alegra que te haya gustado la publicación. En realidad, pensaba agregar la motivación a los elementos, pero el post se me alargaba demasiado. Así que lo tengo pendiente.
Aprovecho tu comentario para profundizar en algo que apenas mencioné: que los rasgos del personaje deben ser coherentes, pero deben incorporar alguna "contradicción", al menos aparente. Me explico. Pensemos en un delincuente sanguinario: es cruel, incapaz de empatía humana, violento, manipulador y maltratador (todos, rasgos coherentes con su personalidad), pero ama profundamente a su madre, y está dispuesto a realizar algunos sacrificios por ella. Este amor materno luce contradictorio con el personaje, pero solo superficialmente. Es un rasgo que permite, si se maneja bien, darle profundidad al personaje. Si se maneja mal, tendremos solo un personaje incoherente y mal definido.
Gracias por tu comentario, espero que nos sigamos leyendo.

Saludos, @rjguerra Iré tomando nota de tus aportes. Me parecen extraordinarios y trabajaré para ponerlos en práctica. Ahí vamos, poco a poco aprendiendo a construir personajes creíbles.

Saludos, @gemamedina. Si mis posts te resultan útiles, me siento muy satisfecho. Si quieres preguntar algo en concreto sobre este tema o sobre otros que haya tratado, no dudes en hacerlo.

Gracias, lo tendré en cuenta!

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