3er CONCURSO 300 PALABRAS / Juegos ancestrales
Saludos, amigos de Steemit.
Con estos recuerdos participo en el 3er. Concurso 300 palabras, organizado por @fjjrg, dentro de la recién creada comunidad #VenezolanosSteem.
En esta publicación evoco aquellos años de mi infancia que recuerdo con tan maravillosa nitidez. A mitad de la década de los años sesenta el mundo estaba convulsionado por el movimiento hippie, el surgimiento de un grupo de jóvenes pelúos que cantaban rock and roll y se hacían llamar nada menos ni nada más que The Beatles, la imagen de Neil Armstrong pisando en cámara lenta la luna y otros tantos acontecimientos que prefiguraban un mundo en efervescente evolución.
Espero que les plazca.
Juegos ancestrales
Más de medio siglo después yo conservo mis metras, que guardo celosamente en el cofre de mis recuerdos. Yo tenía una media vieja de papá donde metía las metras que ganaba y recuerdo que, aunque por supuesto yo muchas veces perdía, la media se estiraba haciéndose más grande y pesada cada vez que yo le iba ganando a otros jugadores todas sus metras hasta arrucharle sus último tesoros. Sus bolombolas y sus tironas.
Cómo no recordar, ah, cómo, la colección de pichas que tenía en casa y que mi mamá me atesoraba en el sagrado seibó donde guardaba sus cristales.
Nosotros jugábamos a ganar o a tantas quiñas. Hacíamos un circulo en la tierra y en centro poníamos la misma tapa de refresco con la que habíamos hecho el hoyo del juego de metras y decíamos:
Yo tiro mi trompo con mucha alegría,
si rompo cabeza no voy pa la policía.
Una de las cosas más bonitas del juego del trompo era lanzarlo al aire y hacerlo bailar en la palma de la mano sin que tocara el suelo. Para lograr este truco y otros con los trompos había que ser un experto trompero.
Las perinolas, o boliche, como se conocía más en la zona oriental del país, eran, o son -mejor dicho-, juguetes preciosos de gran variedad de tamaño, formas, colores y distintos con tipos tipos de guarales.
En las “temporadas” podíamos ver a los niños, jóvenes y adultos ocupados todo el día con su incesante bolicheo y en más de una ocasión lucíamos con orgullo los morados y hermosos cardenales por los golpes que recibíamos cuando la parte superior -o sombrero- de la perinola no encajaba en el palo sino que caía en los huesos de las manos. ¡Vaya, qué imborrables recuerdos!
[Imagen proporcionada por el Concurso]
Invito a participar
en este hermoso concurso a
@adncabrera, @hlezama y @isauris
Ja,ja,ja... esos versos con que si rompes cabeza no vas a la policía ¿no? . El trompo lo agarraba del suelo para bailarlo en la mano. Bonitos tiempos.
Hola, mi paisana @antoniarhuiz, qué gustazo encontrarte en esta calle del recuerdo.
Sí, esos versos cómicos se quedaron grabados en mi memoria afectiva para siempre.
Indudablemente, fueron años felices de nuestra existencia. Te mando un gran abrazo.
Amigo @oacevedo, tu cuento me llevó a otro tiempo, a otra época. Yo también jugué metras y nunca tenía más de tres o cuatro porque era una gran perdedora en este juego.
Los muchachos casi siempre me regalaban cinco metros para que yo jugara y ellos mismos me las ganaban, jajajaja. Qué recuerdo!
Bellísima publicación! Recibe mi abrazo de siempre.
Hola, @marcybetancourt, gracias por tu comentario tan divertido.
Sería fantástico poder entrar a la máquina del tiempo y regresar a aquellos añorados años para enseñarte a jugar metras y que no te ganara nadie nunca más.
Gracias por estar siempre presente, querida mía. También te abrazo fuerte.
Muchas gracias, @venezolanos, por su valioso apoyo con las publicaciones de calidad en esta comunidad.
Saludos.
Una excelente participación amigo @oacevedo, una nostalgia desempolvar esos recuerdos de la infancia donde éramos muy felices con nuestras metras, trompo y perinola.
Participante # 13
Disculpe la demora en contestar, pero tuve problemas de conexión de internet, espero que ya estén resueltos.
Saludos
@fjjrg, te agradezco mucho el comentario sobre mi publicación de juegos ancestrales.
Espero que de aquí en adelante ya no tengas más contratiempos con internet. Saludos.
Me encantó, @oacevedo. Bonitos y divertidos recuerdos.