HOLA, Quiero expresar mi gratitud a toda esa extraordinaria familia de #venezolanossteem por promover oportunidades de aprendizajes y encuentros social-culturales. Y Para nuestras auspiciantes @marcybetancourt y @solperez quiero felicitar por el ahínco como vienen realizando su trabajo dentro y fuera de la plataforma. Hoy asumo el Reto Mi mejor y mi peor profesor, que sin duda alguna será el medio de recobrar aquellos ejemplos de vida que te conectan con tu realidad actual.

Mi peor Profesor resultó la peor maestra, pero no porque realmente fue mala sino, que en aquellos días de niñez sentí que rompió mi corazón. Puede trascender esta locuacidad como una simple locura de infancia, pero les confieso el proceder para etiquetarla en el pasado como la peor maestra de 5° grado, Rosario Ruiz así se llama.

La maestra de aquellos días de la Escuela Rosa De Lusinchi de Centeno, selló para siempre mi vida, siempre la cito en mis historia, fue demasiada mala que me convenció a realizar mis actividades académica, logró un pacto de no agresión con otros compañeros, era tan mala que iba impresionante al aula de clase, una voz perversa que se confundía con el sonido filantrópico de las aves mañaneras.

Era realmente cruel conmigo, me hacía sentar a su lado, justamente a la derecha de su escritorio, como para tranquilizar lo intranquilizable, mi corazón se convirtió en un chicharachero, ya no era el mismo, fue tan diferente que me infundió deseos de asistir a clases.

Los lunes sentía una alegría engañosa, los viernes ya por la tarde se apoderaba de mí una nostalgia que me inspiraba a pasar mis sábados y mis domingos sentados en un tablero de oficios hogareños y tareas de escuela. Su influencia negativa cambio mis hábito, me convertí en un eficiente niño de apenas 10 años, trabajador, cariñoso con la naturaleza, educado con los demás. Su malevolencia me llevo a eso, con tan solo escuchar su voz la comparaba con el ángel de mi mamá.

Llegó aquel lunes esperado, para entregarle algunos mangos con algunas flores del camino “cayenas” “tulipanes” pero nunca llegó. Suena el timbre de entrada y mi corazón palpitante extrañaba aquel semblante de mi maestra mala que me enseñó lo suficiente para seguir avanzando en mis estudios.

Era julio, lluvioso julio, finalizando la temporada de escolaridad, se hacían ya las 7 y 30 de la mañana, se agitaba mi alma por quién me enseñó la responsabilidad, se ausentaba su ejemplo. Mientras mi mirada se perdía al final del pasillo y se tropezaba con el enrejado de la entrada de la escuela. Vi llegar su carro azul, con alguien quien la acompañaba, salí de prisa a recibirla para ser el primero en darle los buenos días, mi maestra mala Rosario Ruiz no percato que yo me acercaba, pude ver cuando aquel que la corteja tomo su mano y dibuja en sus labios aquel beso que me desvaneció, me desmorono. Mi maestra, Mi Rosario, tenía novio. Aquel lunes lluvioso quedó sellada esta estupenda maestra como la mala de mí historia. Han transcurrido uno 35 años y todavía la recuerdo, como me encantaría verla y decirle lo que significó para mí. Una mala maestra que con sus detalles, dedicación, su cariño, su comprensión me ayudó a entender el valioso tesoro del aprecio, yo apenas era un niño y confundí lo lógico con lo peor. Gracias Rosario, Maestra, maestra mala, siempre fuiste buena.

Mi Profesor bueno; Leonardo Malavé, 3° año de ciclo diversificado, Escuela Básica Industrial El Cambao. En el transcurso de los días de aquel año 1.993 había creado una fama no muy buena, y precisamente con el Profesor Leonardo Malavé tuve infinidades de disputas académicas, por rebeldía tal vez o una inflexible inmadurez, me negaba a recibir las enseñanzas empecinadas por los responsables de suministrarlas, los profesores que me titulaban. Un rebelde sin causa un estudiante que no tan solo calentaba un pupitre sino que hacía sentir sus elocuencias a favor de justificaciones anti-estudiantes.

El profesor con un rozamiento profesional se percató que mi comportamiento era el resultado de una convulsionada infancia marcada por brotes de violencia doméstica, donde mi mamá corría con la peor parte. Recuerdo que se aproximaba fin de año escolar y el profesor Leonardo Malavé preocupado por sus alumnos se tomó el derecho de sentarme y tener la conversa de recapacitación. Lanzándome la primera pregunta. ¿Tú quieres ser malandro? ¿Tú mamá merece más sufrir? ¿Quieres ayuda? Yo particularmente Necesitaba esas preguntas. Sí quería ayuda, y aquel consejo me impulsó a seguir adelante, cambie definitivamente, mejore mis calificaciones, me propuse a crecer en el deporte escogí a taekwondo me convertí en un estudiante con metas con ideas con sueños hoy en día agradezco A mis forjadores en especial A mi Rosario de siempre y al ilustre Malave; me recuperaron la vida.

Relate las vivencia de aquellos días de crecimiento de formación, con los detalles que se me vinieron al recuerdo, quiero agradecer una vez más #venezolanossteem y aprovechar de emplazar a mis amigos a participar en esta lumbrera interesante y bonita especialmente; @skinnygirl @mini80 @rankari6 @patidelc1207 @joseito16 @leafarsanto @raysoniel @yurasil @zulimardavid con esto me despido hasta la próxima oportunidad.

Aqui les dejo el link del [Reto](https://steemit.com/hive-108800/@solperez/reto-mi-mejor-y-mi-peor-profesor)