Corazón que sí Siente
Esta es mi participación en 9no CONCURSO 300 PALABRAS!! creado por por @fjjrg #Venezolanos. Esta vez, me ganó la pasión del poema e hice el doble de la cantidad del palabras que demanda la actividad. Solo seguí la voz de la musa. Me gustaron todas las estrofas, así que no quité ninguna.
Medité mucho si subir el texto, pese a mi incumplimiento y finalmente dije que el escrito nació del alma de este concurso, así que más allá del premio (al que renuncio), está la satisfacción de que la esencia de este poema surgió de esta iniciativa y de usar, no solo un refrán, sino muchos refranes.
Corazón que sí Siente
Recuerdo mucho a mi madre,
era muy sabia la vieja,
que remojaba sus bardas
pa' que en sequía no ardieran...
Ella siempre me decía
que si la casa es de herrero,
el cuchillo es de astilla
y que del palo del árbol
que nació con ramas torcidas,
se cayeron los pajaritos
y que nunca nadie
enderezó el tronco
del que todos
hicimos leña.
Nunca la entendía a ella
cuando decía que en las sabanas,
uno no le mira el dentado
al caballo regalado
porque solo los que pueden morder
te enseñarán los dientes.
Acá el perro que ladra sí muerde
y el chivo que se devuelve
se le olvidó el tapabocas,
mas en bocas cerradas
no entra el Covid
y con boca se equivoca
el que prefiere lamentar
que prevenir
con sus ojos que no ven
y un corazón que sí siente.
Vive y deja vivir, me decía mi mamita.
"100 aves volando costaban menos
que el que tienes en mano, hijo.
No vivas de las apariencias,
porque la seda no le calza a las monas,
aunque se vistan del cuero
al que le tuvieron miedo
después de matar a la culebra".
Fue una bonita época,
teníamos el corazón contento,
yo vivía con el pecho a lo hecho
y la barriga llena.
"Come callado, mijo,
para que comas dos veces,
es mejor comer cauteloso
a pesar de estar flaco,
porque al gato
se lo llevó la curiosidad
cuando quiso comprobar
que lo que no te mata
te engorda.
Siete vidas no tenía
y una sola no basta
para conocernos".
Mamaita
replicaba todo con sabiduría,
hablaba bonito y conciso,
ella me cuidaba y también
del hogar, dulce hogar.
Cada caso es una casa
cada casa es un caso,
me decía...
Un día, el río sonó y no eran las piedras.
Comenzaba a ahogarme en un vaso,
tenía el agua hasta el cuello,
por no hallarme
como pez
en el agua.
Pronto sabría que
casa sin madre
río sin cause
y de aquella agua
tendría sed
por destino.
Madre solo hay una,
me refería a los hechos y trechos
de sus tantos dichos
y de uno que decía
que los cuervos
no deben ser criados
pa´ que la sangre
no llegue al río,
donde dormidos,
los camarones,
perdieron la corriente
de un agua que beberé.
Se enfermó
mi madre
un día...
No hay mal que por bien
no vega, me decía ella,
pero el mal corre al entrar
y cuando sale, se suele parar.
Se me hizo tarde ese día
para que la dicha
fuese buena, mamá.
Sucedió así que Dios,
pese a su infinita bondad,
no ayudó al madrugador.
Fue el que aprieta
y no ahorca quien dijo,
el tiempo todo lo cura
menos vejez y locura.
Ella y yo aprovechamos el tiempo
que tanto cielo valía.
Querer es poder y yo la quise
tanto a ella, pero no pude
retenerla cuando por mucho
que quise ser y hacer,
un julio de llover,
lo solemne pudo
arrebatarme
a mi alma gemela...
Dos que se aman
con el corazón se hablan
y fue preciso el corazón
cuando el pan pan
dejó de sonar
y el vino se derramó
haciendo retumbar
mis palabras necias de gritos
que clamaban un porqué
en sus oídos sordos.
La muerte,
como la promesa,
es deuda
y hoy soy yo
quien chilla y no mama, mamá.
Llamaron suerte a tu saber
y no supe cómo poner
buena cara
con este mal
tiempo.
Y si tanto tienes, tanto vales.
¿Cuánto valgo yo sin ella?
Que a las 10 estaba en cama
con su sana sana colitas,
que prevenía todo
sin lamentos...
¿Y si no hay vida
hay esperanzas?
¿Cómo me guardo el pecado
si yo soy el pecador?
No entiendo este mal que vino
que por bien no venga,
si hechos son amores
y no buenas razones
y estábamos hecho
uno para el otro.
Mi madre murió de vieja, en mis manos.
Tenía la sonrisa certera del que ríe de último
y no era veneno en risa el que consumía
su hijo fajado, desde chico, por barrigón.
Adiós,
viejita,
adiós...
Tuviste razón,
el más difícil
no es el primer beso
sino el último.
Invito a esta iniciativa a @oneidaa @belenc @mirla33
Fotos de mi Autoría | Derechos Reservados
Nijon D5200 | 35 mm
Sígueme en Instagram
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Amigo @miguelmederico, 300 palabras no es una camisa de fuerza, es una referencia.
Dejeme leer bien su obra y luego le comento.
No se preocupe por ello, si la obra es "pura" bien vale la pena compartirla.
Saludos
Hermoso poema, y se te agradece el colocarlo completo, muy enriquecedor verdaderamente.
Gracias, que bueno que te guste el escrito. No podría haberlo cortado. Así nació, así se plasmó. Un abrazo
¡Epale! ¡Quedé gratamente sorprendido por todo lo que comentas y escribes @miguelmederico, pero más sorprendido quedé cuando vi que aún usas el footer o pie de página tácito.
Te saludo!
Hermanooooo!! Que grato saber de ti. Te diré que ese footer es muy preciado para mí, representa muchísimo del deber ser de la sociedad y de los trabajos, así que siempre lo llevo conmigo en mis redes de creación. Siempre tendré que agradecerte el gesto y creo que por encima de usarlo porque me gusta, está el usarlo porque un buen usuario me lo dedicó. Fuertísimo abrazo, que bueno saber de ti
¡Caray! ¡Que bueno y gracias por el comentario!
¡Bueno! por aquí ando de nuevo.
!Estaremos en contacto! ¡Saludos!
que la poesía me ha enamorado
con un firme sentir que las letras
en mi pecho se han quedado,
dando vueltas sin fin
en mi mente han acampado,
no dejo de resistir pues las
prosas me han inspirado...
Me hiciste recordar mis tiempos donde comencé a emprenderse en la literatura y mi profesora me sugirio escribir poesias y prosas...
Saludos, amigo, me alegra de evocar ese recuerdo y que te hayas conseguido con unas líneas de inspiración. Gracias por comentar en modo poema, un abrazo
Se arruga el corazón leyendo su poema, valorar nuestras madres es el meor regalo que podemos darles en su vejez. Simplemente hermoso.
muchas gracias, amigo. Es un homenaje a esas madres sabias que siempre con refranes, propios o ajenos, nos enseñaban tanto.