6to Reto Mi tesoro es: "El monopatín" por @mahuay

Cuando tenía unos 6 años, mi abuelo regresaba de buscarme al colegio que quedaba a algunas cuadras de donde vivíamos, en ese momento yo estudiaba en "Los próceres", podíamos ir y venir caminando felizmente.

Un día, llegando al edificio y por vivir en pleno centro de ciudad (Maracay), los negocios, jugueterias y quincallas abundaban la calle, pero siempre entrabamos a uno particular, que pertenece a una señora (también vecina de la residencia) quién conjunto a sus hijos tiene otros negocios también en la misma calle.

La señora "Efi" como la he llamado toda la vida, tenía en su momento un negocio donde podías encontrar de todo desde útiles escolares, cosas para la casa, juguetes, adornos, y poco más (a lo cual, hoy solo queda el recuerdo entre sus estantes vacíos por la situación país). Ese mediodía en particular de regreso a casa, entramos donde la señora EFI y acababan de llegar los "monopatines" como juguete del momento, y recuerdo que lo vi colgando del techo, ese precioso medio de transporte en aluminio cromado y ruedas verdes que me enamoró a primera vista. Le pedí a mi abuelo con ojos de borreguito que me lo llevara, por lo general, no era una niña de pedir nada en las tiendas o de "engolosinarme" con un juguete que viese en algún negocio, pero ese monopatín en particular me había robado el corazón desde el minuto 1.

Mi abuelo me respondió -Ok, te lo compro después- pero ese después venía ligado a un "no te vistas que no vas" o dicho de otro modo "de ninguna manera", muy popular en el vocabulario de mis abuelos.

Lo cierto es que, para entrar a la planta baja/ lobby del edificio había que atravesar dos largos y amplios pasillos que daban lugar al ascensor y otros locales comerciales. Y con riesgo de ganarme un castigo más que otra cosa, me he tirado en el piso a llorar con aquella pasión (digna de telenovela) por ese monopatín, tanto que no hubo más remedio que regresar a comprarlo. Como la señora EFI era muy amiga de mi abuelo, le dejo que me lo llevase y luego le pagase. Siempre ella ha sido muy amable con nosotros, y estando más niña solía regalarme cosas cada vez que iba a comprar para allá.

En mi ciudad, hay un extenso parque recreacional (que básicamente es un espacio abierto) donde instalan hinchables, stands de comida, y demás artilugios para el ocio, que se llama "Las Ballenas", y aunque eran pocas las veces que me llevaban para allá, siempre iba con mi monopatin a la mano. Estando ya mayor, y mientras cursaba la carrera de publicidad y mercadeo, tuve la oportunidad de usarlo varias veces como utilería para varios spots estudiantes que me exigían como evaluación de alguna materia

Al día de hoy, mi precioso se encuentra en el apartamento de mi abuela, escondido en algún rincón de lo que fue mi cuarto hasta hace 3 años que emigré, y bajo la amenaza de que quien lo toque se las verá conmigo. (Sorry, se que no debo ser egoísta, y probablemente otro niño sea feliz con el) pero mi monopatín es de esas cosas materiales que atesoro con fervor, y que espero en algún momento, traerlo a Tenerife para tener un pedacito de mi abuelo (Papá Yeyo) conmigo.