4to. Concurso Literario Foto-Relato / El Reloj

El reloj no me despierta, lo hace el recuerdo de tus notas de voz que se me presentan en bucle como pequeños rayos de sol que me calientan las mejillas mientras tomo mi apurada caminata hacia algún desconocido lugar, yo tenia los ojos tristes aquella mañana de Mayo, pero nadie me veía mas que yo misma en los reflejos de grandes charcos que ornamentan la isla, iba con mi vestido de flores y mis viejos tenis azules, jugando con el sonido que hace la baranda cuando alguien las roza con la complicidad de su niño interior, no sé a ciencia cierta a donde me dirigía, pero sabia de donde venia y con eso me bastaba.

Hay que ser valiente y un poco loco para tomar un camino sin mapas, gps, brújula ni dirección en concreto, pero con la esperanza de que mis pies me condujesen a aquella persona que sin querer me robo el corazón con sus perfectos ojos cafés de almendra. Hay que ser valiente para perderse, pero para ello hay que haberse sabido encontrar si mismo.

Miro mi reloj, y ha pasado más tiempo del que creía, pero ¿Qué es el tiempo? una simple percepción de realidad creada por el hombre para poder controlar lo que hace hasta que el sol se va a dormir, por lo que reflexiono, mientras mis labios se sinceran con un gesto de melancolía que no quiere ser descubierta ¿Por qué voy tan apurada? si me estoy perdiendo de la brisa con ese particular sabor a sal del mar, de los arboles y su estilizada figura que se aferra a un paisaje cada vez más adornado de hormigón, si me estoy perdiendo de ti por encontrarme contigo.

Carezco de matrices, ecuaciones y logaritmos si se trata de conquistarte a ti, con tu infaltable camiseta verde que te acompaña en los recorridos a bicicleta, por lo que, posiblemente cuando te encuentre, ya te hayas marchado en ella.