El llanero es caballo y compromiso; pregúntenle a cualquiera que tenga sabana por cobija, sombrero por cabeza y soga por brazos. Pero no falta diablo que lo tiente, porque el mal anda suelto y desde que Satanás no pudo sostenerse en las riendas del verso, siendo abatido por el mismísimo Florentino, el cachudo se la tiene jurada al hombre llanero. Y así pasó que Mandinga tentó a Serafino Guédez, el caporal de “Vaca vieja”, una finca ubicada a seis horas de Guanarito, por allá, por donde dicen que el mismo diablo perdió a su mamá.

      A Serapino se le metió la idea de abandonar el llano, dejar los animales, olvidar a sus hijos y separarse de su mujer.
      ─Me voy ─dijo─ y no insista porque es decisión de mucho hombre, que soy.
La mujer, viendo desbaratarse lo que habían construido en años, le dijo llorando:
      ─Mire… ¿y qué hago con las vaquitas?
      ─¡Véndalas! ─gritó subiendo al caballo.
      ─¿Y… con los muchachos?
      ─¡Regálelos!
      La mujer no sabía qué le estaba corriendo por las venas, pero apelando a un último recurso porque a Serafino se lo empezaba a tragar el camino, respiró profundo y con un grito de sobrada resignación dijo, justo al instante de subirse el vestido:
      ─¡Serafinooo! ¿y con esta qué hago?
      ─¡Maldito el diablo! que tienta a uno, cómo me voy a ir si yo quiero tanto a mis muchachitos.

      Cuentos como estos son muy comunes en nuestros llanos, y en general en toda Venezuela el chiste es tan característico, que incluso hay disputas entre estados por considerarse algunos más chistosos que otros. Tal es el caso, por ejemplo del llanero que le dijo al andino:

     ─Cierto que nosotros tenemos bastante tierra.
     ─Cierto, dijo el andino, pero nosotros tenemos más porque la tenemos amontonada.

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      El agradecimiento a los amigos #venezolanossteem, a @marcybetancourt, @solperez y @palabreador por tan importantes iniciativas que sin duda sirven para que resaltemos nuestra venezolanidad. Invito a participar en este concurso y a dar lo mejor de nosotros como venezolanos.