Vivir en medio de la naturaleza es nuestro modo de vida. Somos agricultores y por supuesto cazamos para el sustento familiar. En mi grupo familiar somos 10 personas, mis tres hermanas, dos de ellas casadas y sus dos esposos, mis compañeros de cosecha, mis padres, dos adolescentes y un niño. Todos vivimos en un mismo techo, compartiendo todas las responsabilidades del grupo familiar.

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Hoy nos fuimos a recoger la cosecha que ya está lista para ser cortada, Debemos caminar hacia el campo adentro y meternos en la espesura del monte. No es muy lejano de nuestra casa pero por lo intrincado y el mucho trabajo debemos llevar provisiones para el consumo durante dos días. El camino es cuesta arriba.

El primer día es atravesar la espesura del campo, luego empezar a despegar de las ramas los frutos de las plantas. Todos y cada uno debe ser recolectado, esto nos servirá para los próximos meses de sequía, donde nada crece y lo que recolectemos de nuestra cosecha será nuestro sustento por meses.

Después de recolectar los frutos dejamos secar la planta, poco a poco ella se irá convirtiendo en el nuevo sustento de la tierra misma. Hasta que volvamos nuevamente a limpiarlo todo para la próxima siembra.

La cosecha ha sido próspera, hay abundante grano. Dejamos parte de las hojas del maíz atrás y solo llevamos los más tiernos con sus conchas para evitar el exceso de peso. Los bultos con la excelente cosecha va repleto, esto hace que la marcha se haga torpe pero con alegría ya que tenemos comida fresca para el regreso junto a la carne seca que nos acompaña.

También cosechamos algo de trigo para el pan de todos los días. Aprovechamos que nuestra cosecha de maíz está al lado de donde se cosechan muchas hectareas de trigo. Nuestro maíz está a muy poca distancia y podemos disfrutar de dos granos muy suculentos en el hogar.

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Mis dos hermanos menores son los expertos en la casería mientras yo soy el más dado a la siembra. Sé diferenciar los diferentes estados del desarrollo de los granos y puedo distinguir cuando podemos y cuando no debemos cosechar aún. En esta oportunidad nuestro grano ha sido seleccionado muy meticulosamente. El grano más fuerte se queda en la planta para la próxima recolecta mientras los granos más tiernos los llevamos para hacer nuestras bebidas, y comidas preferidas.

Con el maíz fermentado podemos preparar una delicia de bebida, las mujeres se encargan de eso. Algunos granos los colocan a fermentar por unos días y luego pasa a ser colado con un poco de miel y otras especies, dando por resultado una bebida para soportar el frío en el invierno próximo.

Los granos secos serán pasados al molino de donde nos surtirán por unas semanas de harina para completar las comidas.

Nuestro hermano menor es el especialista en cuentos de terror mientras nos preparamos para una fogata y alistamos pequeñas aves del campo que pudimos cazar. Mientras se atiza el fuego viene a su mente imágenes terroríficas de cuentos inverosímiles que nos mantienen despierto mientras esperamos que el alba apunte de nuevo. Nos dormimos con el cansancio y el pensamiento del último cuento con que él nos ha recreado. Ya estamos acostumbrados y muy temprano en la mañana empezaremos el regreso a casa.

El regreso a casa es más rápido, en la bajada debemos de valernos de ciertos trucos para aligerar las cargas. Esto nos ha funcionado a través de los años. El regreso a casa es motivo de alegría para todos. Nuestros familiares nos divisan a lo lejos y escuchamos sus exclamaciones de bienvenida y al ver los bultos que cargamos todos saben que las provisiones serán suficientes para abastecernos hasta la próxima cosecha.

Hasta aquí mi interpretación narrativa del cuadro “Cosecha” que nos ha traído el concurso Arte y escritura #92 en la comunidad @venezolanossteem con el patrocínio de @solperez.

Invito a participar a los amigos @rosses y @terapiaonline, con el siguiente enlace

El 10% de mi publicación irá para la comunidad @venezolanos