Siento que la naturaleza es la manera más perfecta en la que Dios nos muestra su amor. A veces, no tenemos ni siquiera que salir de la casa para ser testigos de las maravillas de la naturaleza.

Hace unos días visité a una muy querida amiga, profesora del colegio donde trabaje hasta hace poco y me encontré con este bello regalo divino...

Lo más curioso de todo es que me dice que se había ido de viaje, que sus hijos no le cuidaron sus matas de uva , porque son dos, sin embargo ambas encontraron su camino y la esperaron con un regalo cada una.

Lo único que hicimos para contemplar esta belleza fue salir al patio de su casa y alzar la mirada.

Otra hermosura natural que infortunadamente, por las muchas cosas que cargamos en mente y la falta de disposición hemos infravalorado, han sido los hermosos atardeceres de los que podríamos obtener muchos beneficios desde lo mental, lo físico hasta lo espiritual si prestamos atención y le dedicáramos algo de nuestro tiempo .

El Salmista en la biblia dedica entre otros, este versículo de los Salmos del cap 19, el verso 1 que dice, "Los cielo cuentas la Gloria de Dios y el firmamento anuncia las obras de sus manos"

Estamos pasando por días difíciles, días en los que la naturaleza está mostrando su lado poco agradable. En algunos países, donde casi no llovía, pues hasta inundaciones se han reportado, en otros se están sintiendo terremotos, temblores, incendios forestales espontáneos, granizo. Esto sólo nos indica que la humanidad está recibiendo respuesta al maltrato que por mucho tiempo ha estado resistiendo y callando la naturaleza. El ser humano necesita cambiar su forma de ver y sentir la naturaleza.