Es irónico, y allí radica la gracia y esencia de su relato, que un relojero, quien se ha pasado toda una vida arreglando estos artículos, se dé cuenta de que ha perdido el tiempo, de que su vida no puede limitarse al trabajo continuo sin que salga a enfrentar el mundo, a disfrutarlo... Éxitos, amiga.
Algo parecido a casa de herrero cuchillo de palo.
Gracias mi estimado amigo por su agradable visita y comentario.