Concurso Epistolar: Semana Internacional de la Carta | @alidamaria

Saludos, apreciados amigos de Steemit.

Después de una larga ausencia, aquí estoy de nuevo para apoyar y acompañar a mi queridísimo @oacevedo, a quien le deseo mucho éxito en su Concurso Epistolar: Semana Internacional de la Carta.

Aunque -por razones obvias- mi participación es simbólica, no podía dejar pasar esta hermosa ocasión ya que este es mi género literario favorito.

Espero les agrade.

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Imagen proporcionada por el concurso

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Querida Amelia:

Te escribo con el mayor deseo de que te encuentres bien, aun cuando han pasado muchos años y tantas aguas nos separaron inevitablemente. Vuelvo a ti, aun sabiendo de tu manifiesto deseo de olvidarme para siempre.

Pese a eso quise escribirte, con la viva esperanza de que esta misiva llegue a tus manos y leas mis sinceras palabras. Sé de tu fascinación por recibir cartas manuscritas, oler la tinta en el papel y el perfume de quien la escribió, ese combinado que también encontramos a veces en algunos libros. Me enseñaste a adorar las epístolas −independientemente de las buenas o tristes noticias que llevan consigo− y a considerarlas como tesoros personales invalorables, razón por la que todavía conservo las tuyas con celos. Seguro hoy somos dos viejos que prefieren este arte antiguo de escribir sus cartas manualmente y no de otra manera. Ruego al cielo que no deseches esta, como antes hiciste con otras al enterarte de que eran mías.

Después de nuestra triste despedida −mejor dicho, de tu despedida−, te busqué en todos los caminos y en todos los cielos del desconsuelo, así como en el mar desesperado de la ausencia. Huías de mí a cada paso, dejándome con el corazón desgarrado. Ni una palabra tuya ni una letra de tus blancas manos. Apenas yo llegaba a algún lugar tú recién te habías marchado, sin dejarme huellas o señales de tus sentimientos, como si la tierra o el destino se hubieran tragado de un sopetón lo que nos quedaba de historia juntos y que por cobardía nos empeñamos en pisotear sin sincerarlo ni defenderlo.

Surqué muchos mares deseando encontrarte a la deriva y que fuesen mis brazos tu salvavidas. Conquisté muchos puertos buscando tu sonrisa en otros rostros, tus impulsos en otros cuerpos. Pero, me cansé de no encontrarte, Amelia, mi Amélie amada. Se me fue la vida buscándote… hasta que hoy supe que estás cerca de aquí y mi pecho palpitó de nuevo como cuando te tenía cerca y no podíamos tocarnos o estremecernos juntos.

Sin pretender que nuestra historia tenga semejanzas con la de Fermina Daza y Florentino Ariza, esta noche soñaré que esta carta decidirá nuestro destino, que navegaremos en un gran barco que nos aleje de los miedos del pasado que todavía nos persiguen y que nos llevará hacia la luz de un futuro juntos. Durante años me he alimentado de la necia o ridícula esperanza de que aunque tu cuerpo fue suyo, tu amante y amoroso corazón siempre será mío. Debes ser tú quien me des la certeza de eso, mi Amelia, mi Amélie…

Juan Manuel,
el mismo que reitera su promesa de amarte siempre...