LA SEÑAL

La instrucción estaba clara, la sangre en el dintel de la puerta era la señal de que en esa casa habitaba un hijo de Dios, no que Él no lo supiera, Dios lo sabe todo. Considero que posiblemente existían dos razones para seguir con esta ordenanza.
1- Por Obediencia.
2- Por testimonio.

- OBEDIENCIA -

El Dios de Israel, sabía que su pueblo estaba en opresión y esclavitud, estaba al tanto de todo, había estado haciendo cosas poderosas en aquella nación de Egipto, imagínense que el allí habían mil casas, y estoy segura de que él conocía donde vivía un israelita, sin embargo pidió a los esclavos que pusieran señal en sus hogares. Posiblemente algún israelita pensó en que a Papa se le olvido el nombre de sus hijos, sin embargo de eso dependía su vida, entonces lo hizo, por obediencia, en ese momento de sombra de muerte.

Dios, como ningún otro conoce nuestras vidas, nuestros pensamientos aun antes que nosotros, nuestros corazones. Él sabe quiénes somos y lo que haremos en 14 años. Él sabe que le hemos conocido, y que ahora somos sus hijos. A pesar de eso, En muchos días de nuestras vidas, aunque no lo entendamos, simplemente debemos hacer actos de obediencia como este. Imagínense a un Abraham hiendo a acabar con la vida de su propio hijo, sabiendo que Dios podía hacerlo de otra forma, y con el dolor de su alma subió a ofrecer sacrificio. Veámoslo de esta forma, no es lo que se nos pide hacer, grande o pequeño, es la obediencia. ¿Recuerdan a Moisés y la peña? (Números 20).

Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él. - Juan 14:23.

- TESTIMONIO -

Seguramente, digo yo, que los egipcios luego de reponerse de sus pérdidas, saldrían a donde habían estado sus esclavos, y al ver sus puertas manchadas de sangre, posiblemente dijeran “Mmm ya, por eso Dios los salvo”.
Las personas del mundo, muchas veces no entienden nuestras acciones, no perciben las cosas espirituales de la misma forma. (1Corintios 2: 14- Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.) Sin embargo, nuestro comportamiento y actos de obediencia hablan de un Dios que guía a su pueblo, demuestran a unos hijos cuya mano de su Padre no se aparta, aun en los momentos más críticos de nuestras vidas. Qué bonito es saber, que puedo hablar de un Dios de amor, de un Dios real, cuando por mis actos puedo decir “Confió aunque no entienda, y sé que sus planes son mejores que los míos”.

2 Corintios 3:2- Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres.

Y la mayoría de las veces se trata solo de eso, de obediencia y testimonio.

El Señor les bendiga y guarde en su amor, queridos amigos de Steemit.
Romanos 8:28.