Fiesta en el desierto

Se considera que el desierto es un lugar con clima muy árido, con poca vida y mucha escases de agua, nada apropiado para una fiesta, yo no me imagino bajo el inclemente sol, moviendo mis pies y ¡Eh,eh! Celebrando… ¡Me derretiría!
Espiritualmente hablando, hay momentos en nuestras vidas muy parecidos a un desierto, donde nuestra fe está siendo sudada por el implacable sol de la duda, haciéndonos poner en tela de juicio el amor de Dios y de los demás hacia nosotros… Y he aquí el llamado ¡Has Fiesta!

Me hace recordar los versículos en la biblia, que me exhortan a revisar mi actitud en las pruebas “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas” (Santiago 1:2) En Romanos 8 se nos recuerda que en este mundo tendremos aflicciones, pero que debemos estar confiados. Santiago también nos conforta al saber que luego de la prueba, recibiremos la corona de vida (Santiago 1:12)... Y así numerosos versículos, que nos sugieren mantener nuestro gozo intacto, en el momento de la prueba, ese gozo que nos puede llevar a alabar, a danzar, a proclamar sus maravillas, a ser agradecidos, a esperar el cumplimiento de sus promesas y a hacer “Fiesta en el desierto”.

Faraón dijo ¿Y quién es su Dios? Este hombre, no conocía a Dios, probablemente lo habría escuchado por primera vez en labios de los judíos, pudo haber pensado igual que nuestro viejo hombre pudiera pensar “Ya se volvieron locos, ahora no tienen nada más que hacer, que ir a embochinchar el desierto”... Pero esa fue la actitud del faraón, y de todos aquellos que no conocían a Dios.

Pero tú y yo, si conocemos a Dios, hemos sido testigos de su intenso amor, de su ternura y misericordia, de su gracia y milagros, tu y yo si hemos conocido de su grandeza, de lo inexplicable que es El, de su oportunidad, por eso, no importa cuál sea nuestro desierto hoy, HAGAMOS FIESTA EN EL DESIERTO.

Espero estén bien, y que El Señor siga sosteniendo sus vidas en salud, provisión y paz.
Romanos 8:28