Todas las cosas ayudan a bien / All things work together for good

SPANISH VERSION

Cada vez que leemos u oímos algo diferente a lo que hemos aprendido de las escrituras o alguna interpretación que no encaja, nos asaltan una serie de preguntas que si bien no necesariamente son signo de que todo lo que sabemos es herejía, muestran cierta debilidad en nuestro fundamento doctrinal.

Cuando niña me decían no hagas tal cosa porque es malo, y mi pregunta siempre era ¿Por qué es malo? e insistía en la misma pregunta ante la misma respuesta, hasta que mi mama decía “es malo porque yo lo digo punto“ Y se terminaba el tema, ni hablar del momento del desarrollo y la sexualidad, hoy entiendo que había detrás de aquella evasiva respuesta pero ese es otro tema.

Ahora de adulta cuando alguien dice que algo es malo hago la misma pregunta y no acepto un solo porque si, término diciéndole a la persona que mejor guarde silencio si no tiene un sustento lógico y razonable que respalde lo dicho.

He aprendido, a veces con angustia y dolor que hay cosas que parecen malas pero que al final terminan siendo buenas, y viceversa.

Toda esta introducción viene después de leer a Kenneth E. Hagin; él hace referencia también a la necesidad de las respuestas; él nació enfermo y su estado giraba mucho en torno a ese mal por un tiempo. Sin embargo lo que me llevo a reflexionar respecto a su escrito sobre la sanidad, fue que él dice que Satanás es el responsable de todas las enfermedades, ciertamente Jesús es el dador de la vida; el venció las enfermedades en la cruz del calvario, entonces todos los que creemos y tenemos fe en su palabra deberíamos disfrutar de una salud perfecta hasta que se cumpla nuestro tiempo y solo dejar de respirar y continuar al destino que él nos tiene reservado ¿Suena simple, verdad?

Pero no lo veo así, tenemos un cuerpo físico que con los años se desgasta y que de ser abusado, se desgasta más rápido, tomando en cuenta también que habitamos en un mundo donde hay mucha contaminación en las aguas, los aires, el suelo y todos estos males, entonces el origen de la enfermedad parece no resumirse a tan solo esa premisa. La biblia nos habla de un tiempo de 70 u 80 años los más robustos y conozco gente que llega a los 98 y hasta 100 años, unos mueren de viejos sin ninguna enfermedad conocida, incluso gente que no participa de la fe cristiana, como también he visto hermanos morir de cáncer llenos de tumores y muy adoloridos, verdaderos hijos de Dios de buen testimonio.

Creo que las enfermedades son causadas por una serie de eventos donde, en unos tenemos responsabilidad y en otras, está fuera de nuestra voluntad, voy a la escritura donde puedo encontrar las respuestas a mis preguntas y veo a un Jesús sanando a un ciego de nacimiento para mostrar el poder de Dios y este sea glorificado, Dios permitiendo a Satanás enfermar a Job (Job 2:7) para probar su fe y mostrarle al diablo que si podemos serle fiel y seguir creyendo aun si nos quita todo. Sanando a un paralitico que no podía levantarse para entrar al pozo en medio de muchos enfermos y solo a él sano. A un Pablo con una enfermedad puesta por Dios usando a un enviado de Satanás para evitar que la grandeza de las relaciones no le exaltase desmedidamente y no se enaltezca sobremanera. (2Corintios 12:9) a un Timoteo enfermándose del estomago. Creo en la Sanidad divina que viene por la oración de fe, y Dios tiene planes de bien para nosotros; pero no que la enfermedad sea causa exclusiva de Satanás. Dios mismo se manifiesta en medio del dolor para atraer almas a su reino y éstas están dentro de los procesos divinos del Señor para restaurar y edificar no para destruir.

Muchas veces nos hemos preguntado porque unos se sanan y otros no, en la antigüedad y en la actualidad. La causa siempre ha sido el pecado, la desobediencia y la soberanía de Dios, aquí estoy de acuerdo con Kennet, ese atributo donde ejecuta esos misterios que solo le pertenecen a él.

Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a sus propósito son llamados.