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La vida no es un camino recto ni seguro; su viaje implica altibajos, giros y vueltas, donde las actividades que parecen atractivas a menudo pueden ser caminos hacia las arenas movedizas del pecado. Sin embargo, la mayoría de las veces el viaje puede resultar gratificante si conocemos la forma correcta de hacerlo. Y es que solo una forma garantiza que los pasos que damos siempre van en la dirección correcta, y es ir de la mano de alguien que conozca los lugares a los que vamos a viajar.

Dios es el guía de servicio completo perfecto y está a su disposición. Nadie puede equivocarse si sigue los caminos que Él elige. Si piensas que en su perfección te creó amorosa y conscientemente para el momento que vives y para el lugar donde te encuentras, habrás allanado el camino para abrir tu corazón a una verdad que es la certeza de la paz y la tranquilidad: Señor. , él guarda tus pasos porque verá tu propósito cumplido y su plan llevado a cabo a través de ti (Proverbios 3: 5-6).

Existe una estrecha relación entre conducirnos a los destinos equivocados y alejarnos de la guía del Señor: alguien atrapado en su propio "sentido de dirección" que se inclina hacia sus propios deseos, sentimientos o versiones personales de la moral ha elegido la inseguridad. e inestabilidad en el futuro. Al contrario, el que ha confiado en que el Señor conoce cada obstáculo, cada debilidad que te tentará, cada vacío de tu espíritu, para llenarlo, ha garantizado la presencia del que todo lo puede, en su vida y ha asegurado. su camino contra la verdadera victoria.

No ignore la guía perfecta. Recuerde que no hay posibilidad de perderse cuando se junta con el que lo sabe todo.