No nos Resignemos
Cuando perdemos algo siempre en nuestro interior queremos recuperarlo, pero nuestra forma de actuar o pensar nos dice otra cosa, creo que aunque exista un gran deseo por recuperarlo, en nuestro corazón sentimos un gran dolor como si esto nunca fuera suceder.
Perder algo que amamos es sinónimo de decepción, perdemos la esperanza, perdemos el entusiasmo, y eso es lo principal para alejarnos de Dios, estar completamente sin esperanza, derrumbados, y si nos olvidamos de todo esto, dejamos de resignarnos a estar siempre dispuestos a aceptar lo malo y ponemos nuestros ojos en Dios?
Debemos ser conscientes de que lo mismo que le sucede a personas bondadosas también le sucede a los malvados, la misma biblia lo enseña, entonces esto no debe sorprenderte, debemos ser fuertes para afrontar esas situaciones, no te resignes, ni aceptes lo malo, se fuerte para enfrentarlo.
No te resignes a vivir con lo que te ha sido robado, quitado o perdido, no vivas como un sobreviviente, vive como una persona exitosa que solo pasa por momentos de baja, pero que pronto amanecerá la gloria de Dios sobre su vida.
Aceptemos que hemos perdido pero no nos resignemos a vivir así, pidamos al Dios que es capaz de restaurar, de Crear, y El se acercara a nosotros. Tu actitud no impedirá que lleguen tormentas hasta ti pero si te hará que puedas cruzarla y salir victorioso.
Drenemos toda la frustración que pueda llegar a nosotros, lloremos, gritemos, expresemos nuestro dolor, pero tomemos la decisión de levantarnos de ahí, no olvides que eres la creación de Dios, no puedes pasar tanto tiempo en el llanto, ponte de pie y camina, aunque tiemble tus piernas, continua.
La resignación solo puede quedarse en nuestra vida si se lo permitimos, si perdemos las ganas de luchar, de creer, si lo desesperanza se instala en nuestro corazón, seamos personas entusiastas, llenas de energía, de amor, paciencia, y sobre todo no dobleguemos la fe que hemos alimentado a través de la comunión con Dios por medio de su Espíritu Santo.
