Hola! Se ve que tuvo una infancia muy bonita, debe haber sido genial tener a una madre con un gran don para la cocina que pudiese prepararle deliciosas comidas. A la mayoría de las niñas siempre nos gustó jugar a las muñecas cuando estabamos más chiquitas, yo no llegué a romper mi ropa pero si utilizaba trozos de tela para hacer ropita jeje.
Saludos.
Hola sammy, bueno claro, comer delicioso es un placer que no tiene precio. Mí siempre me consiente cuando voy a visitar.
Y que es muy bonito una niña con una muñeca. Como yo no tenía tela y por el pueblo no vendían, toca romper jejeje.