Hola amiga! Con lo que me refieres del gatito envenenado, me hiciste acordar de un perro comunitario que adoptó mi tía materna, la que vive al lado de mi casa. Después de muchos años, lo envenenaron.

Un primo y yo tratamos de salvarlo, pero no pudimos. Fue un momento desesperante y triste. Cuando el perro dejó de respirar, yo dije bien duro y llorando, que quien lo había hecho (el envenenamiento) iba a morir como un perro. Lo dije por el dolor que sentía.

Lo cumbre, es que mi primo y yo sabíamos quien había envenenado al gato, y resulta que a los tres meses, apareció en su casa, amarrado de pies y manos, amordazado, y con señal de electrocutación y un disparo. ¡Eso me impacto terriblemente!

Y bueno, con respecto a que una persona cambie su perspectiva de no querer a querer a una mascota, eso es algo que se lo ganan los animales (todos) con su inocencia, lealtad y fidelidad.

Gracias por comentar! Tus lagrimitas hablan muy bien de ti y tus sentimiento.

¡Saludos y éxitos infinitos. ¡Abrazo!