Cada cambio nos pone a buscar como locos siempre a los amigos del alma, esos que escriben bonito y cuyas palabras al leerlas nos suben el ánimo y la esperanza.
Sentarnos aquí a llenar una página en blanco con letras negras que tengan sentido para el que las leer es querer darles una buena bocanada de aire a sus mentes.

Puedes escribir un diario de tus actividades para contar tu historia pasada o tu actual día a día. Yo siempre digo que cuando esta situación caótica venezolana acabe alguien o cada quien deberá contar su parte de la historia y zúas nos llega el coronavirus para encerrarnos y limitarnos en nuestras salidas, trabajos y crecimiento. Se nos detuvieron nuestros planes, metas y tantas cosas que queríamos hacer.

Los hogares tuvieron que reinventarse primero tuvimos un golpe de paralización y luego cuando los padres se dieron cuenta que esto era para largo, tomaron los estudios de sus hijos en sus manos y le echaron pichón al trabajo. Los que se quedaron en casa se dieron cuenta que podían cocinar con sus hijos y crear momentos y recuerdos de calidad.

Los que nos quejábamos que nos teníamos tiempo para sembrar pimentones y ajíes encontramos el momento para preguntar y hacerlo.

La vida nos brindó un espacio para reinventarnos y si no lo sabes aprovechar solo tú serás el culpable.