Jugando A Ser Dios

En un futuro no muy lejano la ciencia habría avanzado lo suficiente en pro del bienestar de los seres humanos, todos los sistemas serían más automatizados y simplificados, nuestra vida se vería facilitada gracias a estos avances, la medicina evolucionaría a tal punto de poder crear órganos artificiales, reemplazar miembros biológicos por cibernéticos y quizás… Crear un ser completamente artificial.

Los nervios me están matando, hoy es el día, al fin, después de tantos años en el laboratorio de esta isla trabajando duro, y después de que ya anteriormente los individuos muriesen durante su crecimiento, logramos crear nuestros primeros humanoides vivos y totalmente desarrollados.

-Dan Cooper-dijo el Dr. Hopkins acercándose a mí y posando su mano sobre mi hombro-Debo felicitarlo por su gran trabajo y esfuerzo como el líder del equipo de biólogos, si no fuera por usted estos ejemplares no hubieran sobrevivido.

-Clark Thompson-dijo Hopkins acercándose a Clark-, debo felicitarlo por su gran trabajo, pesar de siempre tener ataques de pánico siempre busca la forma de salir adelante, y siempre realiza un excelente trabajo liderando al equipo de embriólogos.

-Gracias señor Hopkins-respondió Clark mientras soltaba una lágrima por su ojo derecho.

-Y mi chico prodigio, Derek Newton, líder del equipo de neurólogos y mi mano derecha, has hecho un espléndido trabajo, gracias a ti nuestros ejemplares tienen un cerebro completamente funcional-dijo Hopkins dirigiéndose a Derek con una sonrisa de oreja a oreja.

-Y bien, enhorabuena a todos los científicos que se involucraron en este ambicioso experimento, los felicito a todos, me temo que ya es hora de dar apertura al proyecto God 01.

Todos aplaudieron en la sala y el Dr. Hopkins dio apertura a nuestro proyecto. Se acercó a la cápsula del primer individuo y su aspecto físico no era del todo atractivo, aun así era perfecto, tenía una contextura semi-atlética, una pigmentación grisácea en su piel y algunas marcas de cicatrizaciones, no poseía órgano reproductor ni vello corporal. El Dr. Hopkins drenó el líquido amniótico que lo contenía y seguidamente abrió la cápsula.

-E-es precioso, ven con papá-dijo el Dr. Hopkins mientras entraba lentamente a la cápsula y acercaba sus temblorosas manos al rostro de la criatura.

-S-señor Hopkins si yo fuera usted no haría eso-dijo Clark con una voz temblorosa.

El individuo abrió sus ojos, sus pupilas eran de un color gris claro, casi blanco, como un par de perlas sin brillo.
-E-estás vivo, ¡Estás vivo!-gritó el Dr. Hopkins mientras apenas rozaba el rostro del humanoide.

En respuesta al fuerte grito, la criatura reaccionó mordiendo la mano de Hopkins arrancando parte de su mano y dedos meñique y anular, todos los científicos empezaron a gritar y a revolverse, los demás individuos despertaron y rompieron sus cápsulas, éstos eran extremadamente ágiles y agresivos, corrían por todo el lugar desesperados por la carne humana.

La mayoría de los científicos fueron mordidos por estas criaturas; yo corría junto a Clark hacia la salida del laboratorio, donde mi torpe compañero tropezó y cayó al suelo y uno de esos monstruos lo alcanzó mordiendo su pie izquierdo, rápidamente tomé un tubo que encontré en el suelo y golpeé a la criatura en la cabeza destrozando su cráneo y dándole una muerte instantánea, levanté a Clark y miré hacia atrás, venía una gran horda de esos monstruos, era algo comparable con una escena de “The Walking Dead”, ya no eran sólo esos seres, si no que aproximadamente unos veinte científicos habían adoptado el mismo comportamiento de ellos, incluso entre los “infectados” se encontraba el Dr. Hopkins.

Corrí cargando a Clark y llegamos a la salida, justo en ese momento Derek estaba despegando en un helicóptero, le grité para que se detuviera y no hizo más que ignorar mis peticiones, despegó y nos abandonó a ambos en la isla. Rápidamente me subí a una de las lanchas que utilizábamos para transportarnos desde la isla hasta las costas estadounidenses, miré a mi alrededor y en las otras dos se habían subido varios de los científicos, todos heridos; de los cincuenta y tantos científicos que estuvimos ahí, sólo unos 30 sobrevivimos y muy pocos salimos ilesos. Encendí el motor y partimos de inmediato.

Durante el trayecto miré a Clark, se veía bastante pálido, debilitado y no decía ni una palabra.
-Clark, ¿estás bien?-le dije mientras ponía mi mano en su hombro.
Clark me miró fijamente, sus pupilas se habían tornado blancas, no tenía ninguna expresión en su rostro… se había convertido en uno de ellos… había perdido a mi amigo. Se abalanzó sobre mi tirándome al suelo y al intentar defenderme mordió mi antebrazo, miré bajo el asiento del conductor y había un revólver, estiré mi otro brazo tanto como pude, lo tomé y le disparé en la cabeza… No podía creer lo que acababa de hacer, me sentía devastado… Acababa de asesinar a mi amigo.

Vendé mi brazo con un trapo y seguí conduciendo, ya estaba a punto de llegar a las costas californianas y empecé a sentirme debilitado, mi corazón cada vez latía más lento, mi mirada se tornaba borrosa. Pude ver que a lo lejos en la costa la gente corría desesperada, gritaba y habían muchos de los infectados provenientes del laboratorio. Llegué como pude a la costa pero ya era demasiado tarde… Mi cuerpo no soportaba más, mis extremidades cedieron y caí al suelo… Mi corazón se detuvo, y a su vez mi mirada terminó desvaneciéndose por completo.!