El alma | El plato. ॐ🔥♥

Como cocinero nunca me he caracterizado por mantener un solo estilo, los tiempos cambian, las recetas se modifican y yo mantengo un constante caos en mi cabeza, lo cual solo puede dar como resultado explosiones creativas y constantes que me permiten diversificar todos mis platos, haciendo cada uno diferente al otro en todos los sentidos, pero creando a su vez juegos de sabores que van marchando uno tras otro sin seguir un patron pero que coinciden y se entrelazan casi de manera perfecta, como labios en una buena primera cita. Con esto quiero decir que al cerebro, en conexión con el alma ॐ y las manos, hay que dejarlos hacer lo que se les venga en gana. Así he concebido en mi opinión las mejores recetas.

Considero que quien no presume de sus dotes, no confia ciegamente en lo que hace y pues en este medio debemos actuar siempre sobre seguros. Todo esto, sin animos de sonar egocentrico (aunque me carecterice por eso) es para presentarles mi postre favorito hasta ahora "El caramelo de banana", este fue un estilo libre en mi restaurante. Creado sobre la marcha (como quien dice) y corto de tiempo. Aunque es importante resaltar que no fue bajo presión, pues a lo largo de mi corta carrera he aprendido que mientras más apurado estes mas calmado se debe trabajar y de esta forma logramos transmitir todas nuestras buenas vibras a nuestro lienzo/plato, incluso a la persona que vaya a comer aquéllo que con tanto amor hemos preparado, y esto lo conseguimos solo teniendo fe en nosotros. Nada es cuestión de suerte.

Si no me creen, pues al parecer mi discurso es algo hippie, pueden tomar de ejemplo esta secuencia fotográfica, la cual fue posible gracias a un comensal. Este se animó a realizar las tomas, tan pronto el plato estuvo en la mesa. Logramos un resultado tan hermoso y con tal armonia que parecia imposible creer el resultado de aquel trabajo improvisado.

De esto amigos míos se trata para mi la cocina, puedes llevar años recreando y siguiendo los pasos de una receta, pero solo en el momento que empiezas a dejarte llevar por tu cocina, mezclas, bates, cortas, agregas y sazonas casi como si de un alquimista en su laboratorio se tratase, sin la necesidad de seguir las instrucciones del libro, justo ahí empiezas a considerarte un cocinero, artista o ambos como es mi caso.

Permítanme despedirme aunque no quisiera, esten pendientes de mis siguientes publicaciones, pues como siempre digo, esto no solo se trata de compartir recetas, sino de mostrarles a ustedes todo lo que representa para mi este bello oficio como lo es la culinaria.