El feminismo y la masculinidad (I)
Escribiré este texto de forma introductoria para un tema que considero complicado y en el que es muy fácil caer en minas escondidas, por lo reaccionario y prejuiciosa que puede ser la persona que vive en la sociedad de nuestros días.
No haré el característico trabajo expositivo e investigativo, ese que hace una exposición desde las raíces en donde se encadenan de forma sucesiva las causas y consecuencias, sino que será apenas una reflexión diagnostica desde mi óptica aún virgen y las posibilidades que me auguran entorno de los siguientes textos.
El hombre y el feminismo, suena una frase que ideologicamente se enfrenta a contradicciones para los que ya hay quienes piensan que eso es un oxímoron. La pregunta que se esconde es si realmente hay tales contradicciones, si en realidad el feminismo es un encuentro entre los intereses dicotómicos de los géneros que conforman la humanidad o por el contrario es la búsqueda de un estado superior de la especie. Aún cuanto esta última afirmación puede pecar de reduccionista, se apunta como los mayores vertientes que se nos presentan sin que esto signifique el diagnostico no esté abierto a otras ideas.
Pese a que no haya duda de la discriminación a la mujer en algunos eventos de la vida, que van desde su representación en la actividades de conducción política de las naciones hasta su reconocimiento en las áreas de la investigación y de las artes, es necesario evidenciarlo en este diagnostico, son miles los artículos y textos que van desde segundo sexo de Simone De beauvoir a las miles de bloggers que hoy realizan una labor titanica que expone la desventajas de ser mujer en nuestra sociedad.
Pero mi intención es preguntarme ¿Qué papel juega el hombre en ello? Y si hay que pensar que el hombre es una variable inerte en el proceso de transformación social necesaria que venga a traducirse en un sociedad más justa.
Históricamente ningún grupo social discriminado ha logrado una transformación social duradera sin el concierto de la sociedad. Como ejemplos tenemos los Cristianos antes del imperio Bizantino, los negros en Estados Unidos o incluso en Venezuela, donde se pierde la primera república - entre otras cosas- por que los grupos sociales no se sentían identificados con las causas independentistas y terminaban ignorándolas o apoyando realistas como Boves que supieron encarnar una simbología que los representaba.
La necesidad de transformación viene primero dogmáticamente , por que la sociedad creo una super estructura mental que hace a la mujer un ser que se refugia en un plano inferior al hombre y eso no nos sirve de nada, eso es un lastre, primero por que disminuye el potencial de la mitad de la población mundial - vaya dirán que soy un instrumentalista- y segundo por que limita el potencia de la otra mitad con la conformación de papeles preconcebidos que lo orientan cómo y qué hacer de su vida.
Me he preguntado si en verdad al hombre le conviene todo este sistema que han llamado "patriarcado" y en cierta manera sí, pero esto es solo una verdad a medias, la verdad es que solo en la medida que sus intereses individuales converjan con los del sistema el hombre es favorecido por este. Un hombre se enfrenta a tantos prejuicios como una mujer cuando intenta realizar una labor para la que socialmente no ha sido formado.
Entonces, termino acuñando preguntas:
¿Necesita el hombre ventaja social para ser científico, ingeniero o artista?
¿Necesita el hombre un lenguaje que basado en su imagen para comunicarse?
¿Necesita el hombre facilidades que le permitan tener un dominio social?
¿De qué le sirve un dominio social al hombre?
¿En realidad el hombre como genero desea esa ventaja social?
¿Antropolgicamente por qué nace el machismo como ideología?
¿Cuál es la relación del hombre con la actitud reaccionaria ante el feminismo?
Este último cuestionamiento viene a colación por lo reaccionaria y violenta que se ha tornado la sociedad ante el feminismo llegando a acuñar el termino Feminazi, como si el feminismo fuese algún tipo de secta que busca eliminar a los hombres para salvar al genero superior femenino. La verdad es que hay miedo de entre los tolerantes, entre los que buscan entender y entenderse, y prejuicios de las feministas por no ser entendidas y prejuicio de los hombres por sentir que es una lucha que no los convoca, que no los necesita, que no los desea.
Estadisticamente, mientras mayores sean las oportunidades para más personas, mayores son las oportunidades para que la vanguardia alcance la excelencia, para que el crecimiento social sea superior. Estamos ante el reto de redefinir la sociedad bajo la idea del humano y no de los géneros limitativos, que han castrado nuestra historia colectiva.
Este es apenas el primero de los artículos, espero sepan seguirme y comentar, es hora de crecer y evolucionar.