Violencia de Genero: ¡Dile no al maltrato! ¡Rompe el Silencio YA!
"Que el miedo no te impida denunciarlo."
-Anónimo
Muchas quizá leyendo este post se sentirán identificadas, muchas hemos pasado por esto en algún momento de nuestra vida, quizá no sea por maltrato sexual o físico sino psicológico, quizá algún vecino, amigo, profesor, tío, madre, padre nos puede agreder de manera tal que la marca siempre estará allí y solo con ayuda profesional lograremos sanar esas palabras duras que nos han dicho; porque soy de las que pienso que "LAS PALABRAS NO SE LAS LLEVA EL VIENTO ¡NOOO! ¡LAS PALABRAS QUEDAN ALLÍ EN NUESTRA MENTE Y A VECES NOS MARCAN TANTO QUE NOS RESUENAN DÍA TRAS DÍA!.
La Violencia de Genero es algo que esta latente en nuestra sociedad pero que lamentablemente, muchas por el miedo de ser mal vistas o por recibir amenazas de sus parejas prefieren aguantar en el silencio de sus casas, siendo estas a veces maltratadas físicamente o sexualmente. Es una de las realidades sociales más duras. A pesar de todos los avances en la lucha por la igualdad de género, especialmente en el ámbito laboral y económico, los casos de abusos y malos tratos, psicológicos, verbales y físicos, de muchos hombres hacia sus parejas o ex parejas sigue siendo muy elevado.
Consegui en una pagina de Internet unos testimonios de mujeres que han sido maltratadas y quiero compartirlos con ustedes:
Marisa Fernández, "una mujer nueva"
Marisa se considera una mujer fuerte y con personalidad y ha sido víctima de malos tratos durante más de una década. >Hoy, es una mujer "feliz". De su relación asegura que "al principio era muy intensa porque los dos éramos muy pasionales, nos lo pasábamos muy bien y nos queríamos mucho". Con el tiempo todo fue cambiando y las cosas empezaron a ir de mal en peor. "Fue transformándose, pero me mantenía enganchada y absorbida, quizá por el recuerdo de aquellos primeros años". Pese a todo, reconoce que no era consciente de que estaba siendo víctima de malos tratos psicológicos. "Relativicé sus ataques de celos, su agresividad... Y ‘justificaba’ con cualquier argumento sus desprecios, sus ataques verbales, sus faltas de respeto... Lo que hoy llamo sus castigos emocionales".
Cuando empezaron los desprecios y los malos tratos psicológicos empecé a ir a una psicóloga, pero no porque me sintiera maltratada, entonces no me daba cuenta, sino porque me sentía vacía, triste, sola... Tras años de tratamiento y de leer mucho sobre autoayuda, empecé a identificarme con lo que leía, veía o escuchaba en los medios sobre violencia de género y me reconocí como una víctima de maltrato". Un día, "me empujó y me tiró al suelo mientras me tachaba de incompetente y profería otros insultos". En ese momento, sus sospechas quedaron definitivamente confirmadas.
Marisa asegura que, independientemente de lo que piensen los que lo ven desde fuera, "en mi opinión y por mi experiencia, cuando no hay agresiones físicas es muy difícil reconocer el maltrato, pero existe". Pese a todo lo vivido, "soy una mujer muy alegre, serena y equilibrada. Una mujer nueva, totalmente distinta a aquella que fui. He recuperado mi dignidad y mi autoestima y se me ha olvidado lo que es llorar. Ahora, mi vida es mía". Y lo más importante para Marisa es que "mi hija está contenta, feliz y muy cerca de mí. Dice que le gusta mucho la madre que tiene ahora, más que la de hace dos años. Y es que si tú no estás bien contigo misma, nada a tu alrededor funciona bien".
Carmen, "no somos víctimas sino supervivientes"
Cuando su hija pequeña tenía 4 años y el mayor 12 se fue a vivir con otro hombre. Estuvo 11 años con él. A lo largo de ese tiempo llegó a abandonarle hasta siete veces por cuestiones de violencia de género. Sin embargo, no logró romper lazos definitivamente y seguir adelante hasta hace 5 años. Hoy, lejos de todo aquello, a Carmen le gusta recordar que: "No somos víctimas, sino supervivientes".
Cuando empecé con él teníamos una relación normal. Es cierto que era un poco celoso, pero poco a poco el celo fue in crescendo hasta llegar al 'no te pongas esa falda o ese top', y fue cerrando progresivamente nuestro círculo de amigos".
Carmen es consciente de que tardó demasiado tiempo en salir definitivamente, pero explica que "hay una dependencia emocional enorme". Además, "inconscientemente te culpabilizas y poco a poco llega el miedo". Se refiere, por un lado, al miedo a lo que él será capaz de hacer si le abandona, pero no sólo a ese: "Desde dentro tenemos miedo a que no nos crean, a que no nos entiendan". Cada mujer tiene su punto de inflexión en un lugar diferente. Para Carmen, fue Lucía: "Mi hija tuvo varias depresiones e inicios de anorexia... Y esa fue la gota que colmó el vaso. Un día, tras una pelea, cogí unas bolsas de basura con algo de ropa y me fui con ella". Una niña que, a pesar de haber pasado su infancia en convivencia con los malos tratos, hoy es toda una mujer.
"Que traten así a tu madre no te gusta, pero cuando eres niño crees que lo que ves en casa es normal". Pese a todo, Lucía sabía que algo no iba bien pero tardó mucho tiempo en ser verdaderamente consciente de cuál era la situación. "Tuve varias depresiones y empecé con algo de anorexia. Mi cuerpo necesitaba llamar la atención, que alguien lo escuchara, pero yo no lo sabía" a los 2 años reconoce que "me empecé a dar cuenta de lo que estaba pasando en el momento en el que simplemente quería estar en cualquier sitio menos en mi casa". Hasta el punto en que sus estancias en los campamentos de verano se convirtieron en el momento más feliz del año. "Socialmente no sabía desenvolverme porque siempre estaba encerrada en casa". Por eso, una vez que se fueron, el cambio para Lucía fue enorme. "Pasé de no poder expresarme con libertad ni salir de casa a poder quedar con mis amigos".
Si bien las cosas han mejorado desde entonces, sigue yendo a terapia y confiesa que "he sufrido más desde que salí de allí, porque he empezado a razonarlo todo y a ser plenamente consciente de lo que sufrí". Pese a todo lo vivido, mantiene desde hace años una relación de pareja sana, estable y asegura: "En cuanto veo algo que no me gusta, lo digo. Desde luego, tengo muy claro que a mí no me va a pasar".
Sean cuáles sean las formas en que se manifiesta el maltrato, siempre busca un mismo objetivo: erosionar la autoestima de la mujer con fin de que el agresor aumente su grado de poder y control sobre ella.
Hay muchas formas de violencia contra las mujeres, aquí acercamos algunas indicaciones para poder identificarlas.
Violencia física.
Incluye cualquier acto de fuerza contra el cuerpo de la mujer, con resultado o riesgo de producir lesión física o daño: golpes, quemaduras, pellizcos, tirones de pelo, picadas, empujones, lanzamiento de objetos, uso de armas, intentos de estrangulamiento, intentos de asesinato, intentos de provocar abortos...
El maltrato físico es el más evidente y el más fácil de demostrar; aun así, no es preciso que se requiera atención médica o que tenga efectos visibles en el cuerpo. Es muy probable que empiece con un simple golpe o bofetada.
Violencia psicológica.
Incluye toda conducta, verbal o no verbal, que produzca en la mujer desvalorización o sufrimiento: insultos (expresiones como: estás loca, eres una histérica, ignorante, atrasada, fea); menosprecios (expresiones como: no sirves para nada, no eres capaz de hacer nada bien, mala madre, si no fuera por mí donde irías?..); intimidaciones / amenazas (expresiones como: te voy a matar, vete/vete de la casa, te voy a quitar los/las niños/niñas, te voy a hundir..); abuso de autoridad ( como por ejemplo: registra tus cosas, revisa tu correo, preguntas cosas como “con quién estuviste hoy?”, llegaste 10 minutos tarde…); falta de respeto (no respeta tus necesidades, sentimientos, opiniones, deseos y manipula lo que dices, destruye objetos de especial valor para ti, ignora tu presencia, te desautoriza delante de los niños/niñas..); exige obediencia (no quiere que la mujer trabaje fuera de la casa, no quiere que estudie, quiere que se vista cómo él quiere, le controla el tiempo, le pregunta "a que hora llegas?", le dice “quita esa ropa y te viste cómo Dios manda”…); utilización de las hijas e hijos (amenaza con quitarle las/los menores, los amenaza y los maltrata, le obliga a que se desnude, culpabiliza constantemente a la madre); castigar con el silencio e incomunicación (el silencio reiterado pode llegar a herir tanto como las palabras); culpabilizar a la mujer de todo lo que ocurre en la casa de modo que al final ella piensa que es la culpable de todas las situaciones de tensión; mostrar celos (acusar constantemente de ser infiel y coquetear con otros hombres, impedir relaciones con amigos/as y familiares, aislar la mujer de todo su entorno...).
El maltrato psíquico es el más difícil de detectar, dado que sus manifestaciones pueden adquirir gran sutileza; no obstante, su persistencia en el tiempo deteriora gravemente la estabilidad emocional, destruyendo la autoestima y la personalidad de la mujer.
Violencia sexual y abusos sexuales.
Incluyen cualquier acto de naturaleza sexual forzada por el agresor o no consentida por la mujer, y que abarcan la imposición, mediante la fuerza o con intimidación, de relaciones sexuales no consentidas, y el abuso sexual, con independencia de que el agresor guarde o no relación conjugal, de pareja, afectiva o de parentesco con la víctima.
Acoso sexual
Incluye aquellas conductas consistentes en la solicitud de favores de naturaleza sexual, para sí o para una tercera persona, en las que el sujeto activo se valle de una situación de superioridad laboral, docente o análoga, con el anuncio expreso o tácito a la mujer de causarle un mal relacionado con las expectativas que la víctima tenga en el ámbito de la dicha relación, o bajo la promesa de una recompensa o de un premio en el ámbito de esta.
El tráfico de mujeres y niñas con fines de explotación.
Incluye la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, especialmente de mujeres y niñas, que son sus principales víctimas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, o rapto, o fraude, o engaño, o abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas similares. Independientemente de la relación que una a la víctima con el agresor y el medio empleado.
Violencia económica.
Incluye la privación intencionada, y no justificada legalmente, de recursos para el bienestar físico o psicológico de la mujer y de sus hijas e hijos o la discriminación en la disposición de los recursos compartidos en el ámbito de la convivencia de pareja.
El maltratador considera que la mujer es incompetente y que no administra bien o gasta el dinero en cosas innecesarias, por lo que no puede tomar decisiones sobre el destino del gasto.
¿Como prevenir la violencia de género?.
Educar a los niños y niñas, desde las edades más tempranas, en una cultura centrada en la resolución pacífica de conflictos, fomentar la empatía y desarrollar una autoestima equilibrada, son principios que favorecen la desaparición de los perjuicios de género que se dan ya desde la escuela.
Eliminar al máximo los estereotipos transmitidos por la cultura patriarcal; por lo tanto, enseñar a ‘ser persona’ en lugar de enseñar a "ser hombre" o a "ser mujer" y así desterrar mitos como que la agresividad es un rasgo masculino, o por el contrario, la sumisión, el silencio, la obediencia… son rasgos femeninos, son objetivos de la coeducación.
Además, se debe:
Evitar todo menosprecio hacia aquellos chicos u hombres que no se adaptan al modelo de masculinidad dominante.
Evitar todo menosprecio hacia aquellas chicas o mujeres que no se acomodan al modelo de feminidad dominante.
Enseñarles a los niños y a los hombres a incorporar en sus vidas las vivencias y expresión de los propios sentimientos y emociones que enriquecen sus relaciones personales y así favorecer la resolución de conflictos sin recurrir a comportamientos violentos, por medio del diálogo, el acuerdo, la negociación…
Desarrollar una buena autoestima que capacite a niñas y niños para adoptar una actitud resuelta ante la venida y sus desafíos, asumir responsabilidades y enfrentarse con seguridad a los problemas.
Recuerda mujer ¡Rompe el Silencio ya!
No dejes que nadie te ofenda en ningun sentido.
¡Denuncia si eres maltratada!.
Informacion extraida de la web:
http://igualdade.xunta.gal/es/content/que-es-la-violencia-de-genero
https://www.enfemenino.com/feminismo-derechos-igualdad/testimonios-victimas-violencia-de-genero-s1999572.html
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Excelente aporte, es difícil poder creer que todavía existen estos casos y mas aun cuando uno los ve en la calle. te apoyo tienes mi voto espero que tu también me apoyes con otro voto.
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