Lo más difícil en el mundo: ser buenos padres Parte I

Quiero hablar de un tema que considero el más difícil del mundo. Se trata del privilegio y la responsabilidad de ser buenos padres. En ese aspecto, hay tantas opiniones como padres. Sin embargo, hay pocos que dicen saberlo todo y, dicho sea de paso, yo no soy uno de ellos.

Creo que ahora hay más jóvenes excelentes que en cualquier otro momento de la vida. Esto implica que la mayoría de ellos provienen de buenos hogares y tienen padres dedicados y abnegados. Sin embargo, incluso los padres más responsables sienten que también han cometido errores. Recuerdo una vez cuando cometí imprudencia y mi madre exclamó: "¿Qué he fallado?"

Ser padre o madre no es solo una gran responsabilidad, es un esfuerzo que requiere consagración. Si bien hay pocos desafíos que son mayores que la paternidad, hay pocas cosas que ofrecen un mayor grado de alegría. Sin duda no hay un trabajo más importante en este mundo que preparar a nuestros hijos para aprender a ser felices, honestos y productivos. No hay mayor felicidad para los padres que lograr que sus hijos los honren a ellos y a sus enseñanzas.

En mi opinión, enseñar, criar y entrenar a los niños requiere más inteligencia, comprensión intuitiva, humildad, fuerza, sabiduría, espiritualidad, perseverancia y mucho más trabajo que cualquier otra tarea que tengamos en la vida, especialmente cuando las normas morales de honor y decencia decaen. nos. Para tener éxito en el hogar, los valores deben enseñarse y las reglas y regulaciones constantes deben ser aplicadas. Hay comunidades que no apoyan mucho a los padres cuando se trata de enseñar y respetar los estándares morales. Hay culturas que los han perdido por completo y muchos de sus jóvenes tienen una actitud sarcástica hacia lo que es moral.

Ante el deterioro de la sociedad y el colapso de la familia, es mejor prestar más atención y esforzarse más para enseñar a la generación futura: nuestros hijos. Para esto, primero debemos fortalecer a sus maestros. Los educadores más importantes son los padres y otros miembros de la familia, y el hogar es la mejor escuela. De alguna manera debemos hacer un esfuerzo mayor para hacer del hogar un santuario contra la degradación moral dañina. La armonía, la felicidad, la paz y el amor les dan a los niños la fuerza interna necesaria para enfrentar los problemas de la vida. Barbara Bush, esposa del presidente de los Estados Unidos, les dijo a los graduados de una universidad en Massachussetts:
"Sea la hora que sea, hay algo que no cambia. Padres y madres: los niños son lo primero. Deben leerles a sus hijos, deben abrazarlos y deben amarlos. El éxito que logran como familia, así como también el de la sociedad, no depende de lo que sucede en la Casa Blanca, sino de lo que sucede en nuestros hogares ".

Para ser buenos padres debes renunciar a ti mismo a favor de los niños. Como consecuencia de ese sacrificio, los padres adquieren nobleza de carácter. Respeto mucho a los padres que crían solos, sin su cónyuge, sus hijos, esforzándose y sacrificándose, luchando contra grandes problemas para mantenerlos unidos. Estas personas merecen respeto y ayuda por ese esfuerzo heroico. El trabajo de un padre o una madre se vuelve más fácil cuando ambos están en casa.

Cuando los padres enseñan a sus hijos a evitar el peligro, no es apropiado decirles: "Tenemos más experiencia y conocimiento que usted sobre las cosas del mundo, podemos correr riesgos". La hipocresía de los padres puede hacer que los niños sean sarcásticos y dudosos. lo que les enseñan. Por ejemplo, cuando los padres van a ver películas que prohíben a sus hijos, entonces dudan de las enseñanzas de sus padres. Si se espera que los niños sean honestos, los padres también deben ser honrados. Si se espera que los niños sean virtuosos, los padres también deberían ser virtuosos. Si se espera que los niños sean honorables, los padres deben ser honorables.

Entre los otros valores que deben enseñarse a los niños se encuentran respetar a los demás, comenzando por sus padres y su familia; respetar las creencias religiosas y el patriotismo de los demás; respetar la ley y el orden; respetar la propiedad de los demás y respetar la autoridad.