Un ataque aéreo de Estados Unidos mata a 16 policías afganos en Helmand
Un policía afgano custodia la base frente a la cual se desarrollan combates con los talibán en la provincia de Helmand, Afganistán. NOOR MOHAMMADAFP-PHOTO
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La sangría en Helmand continúa. La peor cara de la guerra sigue mostrándose en esa provincia al sur de Afganistán, donde las fuerzas de seguridad afganas y los Estados Unidos están luchando cara a cara con los talibán, que controlan el 80% de la misma. Esta vez han sido 16 policías afganos los que han muerto en un "incidente desafortunado", según lo ha descrito la misión de la OTAN en el país, durante un ataque aéreo estadounidense.El bombardeo aliado que ha matado a los policías ha sucedido en un complejo residencial cerca de la ciudad de Par Chawa, en el distrito de Greshk, donde los agentes estaban descansando tras una operación contra los talibán, los cuales siguen intentando tomar el distrito para seguir con su ofensiva para conquistar la capital provincial, Lashkar Gah, que lleva varios meses en estado de sitio. Motivo por el que, además de la presencia de la OTAN y Estados Unidos, Washington ha tenido que mandar tropas adicionales de combate para detener a los yihadistas, que han llegado a estar en los barrios periféricos de la ciudad.El distrito de Greshk esta situado al norte de la capital provincial y representa una de las rutas naturales para acceder a Lashkar Gah, por lo que los comandos y fuerzas yihadistas están poniendo toda la carne en el asador para tomarlo al asalto. Y, desde entonces, Greshk se ha convertido en un campo de muerte donde, desde el pasado martes, "los talibán están lanzando una ofensiva generalizada atacando los controles policiales", según fuentes del Ministerio de Defensa afgano.La comandancia estadounidense también ha expresado sus "condolencias más profundas a las familias de los afectados", entre los que también hay un número indeterminado de heridos ya que "en el momento del bombardeo al menos había 20 policías presentes", según ha informado el portavoz provincial, Omar Zwak.Por su parte, el mando de la Fuerza Aérea estadounidense en Afganistán (USFOR-A, por sus siglas en inglés), ya ha anunciado que llevara a cabo "una investigación para esclarecer los motivos del incidente". Por otro lado, esta es la segunda vez, en menos de un mes, en la que los aliados se lamentan de un ataque aéreo que ha acabado con soldados o policías afganos muertos. La última vez, en la que murieron dos agentes afganos, fue a finales del junio pasado a las afueras de la capital.
La batalla de Helmand
Los conocidos como incidentes de "fuego amigo", según la terminología de la jerga oficial que se emplea en los conflictos, son, además, un testimonio de la crudeza de los combates y de que, los talibán, son algo más que un grupo de terroristas insatisfechos. La ofensiva que están llevando a cabo en Helmand es un ejemplo de como pueden montar ataques coordinados a gran escala y con precisión. Algo que dista mucho de la imagen de guerrillero con el pelo y la barba largos con un gran turbante negro viviendo aislados en las montañas.De esta manera, los ataques aéreos son fundamentales para acabar con la embestida coordinada de los yihadistas. De hecho, y según datos hechos públicos esta semana por el Pentágono, los Estados Unidos, que están llevando a cabo todas las incursiones aéreas en la provincia, han lanzado más bombas en Helmand durante el mes de Junio que en todo 2016.La batalla de Helmand es, sin duda, una de las más largas de la historia. Empezó con la llegada de las tropas internacionales y del Gobierno provisional de Kabul en 2002 y, desde entonces, se sigue luchado en la misma. Una provincia que nunca ha sido tomada y donde la OTAN ha registrado el mayor número de bajas. Helmand es donde late el corazón talibán en Afganistán y, además, es la provincia vecina de Kandahar, donde nació el movimiento terrorista.Sin embargo, el control de la misma va más allá de la propaganda y la moral de los combatientes de ambos lados. Helmand es fundamental porque contiene varias presas y centrales eléctricas que suministran toda la energía para el sur del país. Asimismo, es la provincia donde más opio se cultiva, según datos de la Misión de la ONU en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés), el cual es una de las fuentes principales para la financiación de las actividades, los ataques y las milicias talibán.La batalla de Helmand esta lejos de terminar. Los civiles serán quiénes más sufran. Según datos de la ONU hechos públicos el pasado jueves "las victimas civiles en Afganistán han aumentado un 43% en lo que llevamos de 2017 y con respecto al año anterior". Además, cientos de miles de ellos han tenido que abandonar sus casas debido al conflicto y viven en campos para desplazados internos bajo tutela del Gobierno afgano. Uno de estos, el conocido como Campo de Helmand, se encuentra en la mismísima capital y da cobijo a más de medio millón de personas.