La llorona
La Llorona es un espectro del folclore latinoamericano que, según la tradición oral, se presenta como el alma en pena de una mujer que perdió o mató a sus hijos, busca a estos siempre en la noche pero asusta con su sobrecogedor llanto a quienes la ven u oyen.
Si bien la leyenda cuenta con muchas variantes según su región, la original proviene de México.
La presencia de seres fantasmales que lloran en los ríos por motivos diversos es una característica recurrente de la mitología aborigen de los pueblos prehispánicos. Es así como pueden encontrarse rasgos de estos espectros en varias de las culturas precolombinas, que eventualmente, con la llegada de los conquistadores españoles, fueron asumiendo rasgos comunes debido a la expansión del dominio hispánico sobre el continente. La leyenda es una historia que posee referentes míticos en el universo prehispánico, pero que instaura su drama y su cortejo imaginario y angustiante en el orden colonial.2
En México, varios investigadores estiman que la Llorona, como personaje de la mitología y de las leyendas mexicanas, tiene su origen en algunos seres o deidades prehispánicas como Auicanime, entre los purépechas; Xonaxi Queculla, entre los zapotecos; la Cihuacóatl, entre los nahuas , entre los mayas lacandones. Siempre se la identifica con el inframundo, el hambre, la muerte, el pecado y la lujuria.
Las diferentes versiones de la leyenda en los países hispanoamericanos:
Argentina:
En este país se dice que La Llorona era una mujer que mató a sus hijos arrojándolos a un río, por lo que se suicidó a causa del sentimiento de culpa. Se la describe como una mujer alta y estilizada vestida de blanco, a quien no es posible verle la cara y, en algunas ocasiones, tampoco los pies, de modo que parece que flota en el aire. Se aparece por los caminos emitiendo estremecedores lamentos que enloquecen incluso a los perros. En algunos relatos cumple la función de espíritu vengador al subirse a los caballos de los trasnochadores y matarlos de un helado abrazo mortal.9
Es considerada un espíritu de malos presagios. Puede causar enfermedades a las personas, empeorar la condición de quienes ya están enfermos o traer desgracias a los seres queridos. En otros relatos se presenta como una mujer inofensiva que necesita consuelo y ayuda, por lo que despierta la piedad de la víctima, pero, cuando esta se acerca a consolarla, le roba todas sus pertenencias.
Chile:
Las diferentes leyendas chilenas sobre la Llorona van desde algunas versiones muy semejantes a la mexicana hasta otras muy particulares del folclor chileno. Las chilenas definen al espectro como el espíritu de una mujer que busca a su hijo, de manera que se la caracteriza como un espectro con una relación especial con la muerte.
En cualquier caso, se trata de una mujer que estaba celosa de sus dos hijos porque el marido compartía más tiempo con ellos. La mujer resiente esto profundamente, por lo que arroja a sus dos hijos en un río y los ahoga. Cuando el esposo llega a casa y pregunta por los niños, ella le oculta la verdad, pero él se da cuenta de que en el río hay dos niños ahogados. El hombre, presa del dolor, mata a la esposa, cuyo espíritu se queda errante en busca de sus hijos.
Guatemala:
En su versión guatemalteca, la Llorona es el alma en pena de una mujer de origen criollo (descendiente de españoles) o mestiza, pero en ambos casos de un estrato socioeconómico alto. Cuenta la leyenda que la mujer se llamaba María y que, mientras su esposo andaba de viaje, tuvo un amorío con un mozo de su hacienda. Pero María resultó embarazada a causa de esta relación. Angustiada, terminó ahogando a su hijo (en otras versiones son dos o tres) en un río una vez que nació. Se dice que el niño se llamaba Juan de la Cruz.
Perú:
En el Perú también se habla mucho de esta historia y se dice que es muy vista en la chacras o en los campos. Los guardianes o los que viven ahí dicen que escuchan lamentos de una mujer llorando pidiendo por sus hijos. Cuando los guardianes o los vecinos van al lugar donde se escuchan los ruidos y lamentos no se encuentra a nadie. Para luego escuchar un sonido parecido a una voz de ultratumba que les dice: ¿Ustedes saben o han visto a mis hijos?.
Colombia:
Junto a la Patasola y la Tunda, la Llorona también es una leyenda en Colombia. Según la versión de la leyenda en la tradición colombiana, la Llorona es el fantasma errante de una mujer que recorre los valles y montañas, cerca de los ríos y lagunas, vestida con una bata blanca que la cubre hasta los talones. Tiene el cabello largo, negro y rizado, algunos dicen que de color plateado, café y dorado, y en él se posan grillos, luciérnagas, cocuyos y mariposas. Su rostro es una calavera aterradora, y en las cuencas de sus ojos giran dos bolas incandescentes.
México:
Es en el país donde se encuentra más arraigada esta leyenda. Según la tradición mexicana, la leyenda de la Llorona nace donde hoy se encuentra la Ciudad de México.
Existen dos versiones conocidas. La primera, la más conocida y difundida en México, cuenta que hubo una mujer indígena mestiza en algunas versiones que tuvo un romance con un caballero español. Como fruto de esta pasión nacieron tres niños, a quienes la madre amaba, cuidaba y protegía. Cuando la joven comenzó a pedirle al caballero que la relación fuera formalizada, este la esquivaba, quizá por temor al qué dirán. Algún tiempo después el hombre dejó a la joven y se casó con una dama española de alta sociedad. Cuando la mujer se enteró, dolida y totalmente desesperada, asesinó a sus tres hijos ahogándolos en un río o apuñalándolos, según otra versión. Luego se suicidó porque no soportó la culpa. Desde ese día se escucha el lamento lleno de dolor de la joven en el río donde se quitó la vida. Luego, ya establecido México, empezó un toque de queda a las once de la noche y nadie podía salir. Es desde entonces que dicen que se escucha un lamento cerca de la plaza de la Patria y que, al ver por la ventana quién llama a sus hijos con tanta desesperación, se ve una mujer vestida enteramente de blanco, delgada y que se esfuma en la Presa Calles.
Venezuela:
En Venezuela también se conoce la leyenda de la Llorona, que circula en prosa y en forma de copla (canción narrativa llanera). La Sayona es otro personaje similar, pero este solamente se les aparece a los hombres parranderos, que gustan de andar de fiesta en fiesta.
Cuenta la leyenda que la Llorona es el alma en pena de una mujer muy joven que tuvo amores con un soldado. De esos amores quedó embarazada de un niño, al cual dio a luz. El soldado la abandonó, y ella, como no tenía idea de cómo criar a un infante, desesperada por el llanto de el niño, lo mató con sus propias manos. Cuando la joven se percató de lo que había hecho, comenzó a llorar y a gritar fuertemente, lo que atrajo a los vecinos y familiares. Al ver lo sucedido, la maldijeron. Ella salió corriendo hacia el llano y se convirtió en espanto. Siempre está llorando, y cuando entra a los poblados dicen que llama a su hijo. Se sabe que roba niños que están solos, ya sea en sus casas o en las orillas de ríos o quebradas. Por lo general se la oye llorar en tiempos de Semana Santa.
Según otras versiones, la Llorona fue una muchacha joven que vivía en un pequeño pueblo de los llanos venezolanos. Esta muchacha, cada vez que daba a luz a un hijo, lo mataba sin piedad. Le confesó todo al sacerdote que vivía en su pueblo y agregó que no sentía ningún remordimiento por lo que había hecho. El cura notó que estaba embarazada de nuevo y le dijo a la muchacha que cuando tuviera a su hijo le diera de mamar antes de matarlo, y así lo hizo; tras darle leche materna lo mató, pero el solo hecho de amamantar despertó su instinto maternal, haciéndole sentir una gran culpabilidad. Desde entonces, vaga por los campos llorando de dolor, buscando a sus hijos y asustando a todo el que se le atraviesa en su camino.
Se la representa como una mujer joven, con una larga cabellera morena y la piel blanca. Lleva una bata blanca larga y encima otra bata de color negra con capucha, y suele portar un bebé en los brazos. Llora y grita diciendo "¡Mi hijo, mi hijo!".