Ya el final lo vi venir tan rápido como rotundo. Yo solo seguía acostado en la esquina de un cuarto que era compartido por un ser que ahora se convirtió en sombras y fantasmas.

Mientras revisaba mi celular, la frase que retumbaba en mi mente “eres libre” parecía una fantasía de un filósofo en debate, porque me parecía algo tan grande y irreal, frase que simplemente no esperas porque, en realidad, no la querías escuchar. Recuerdo que una vez un profesor de mi universidad me decía que todos buscamos ser libres de una u otra manera, pero que es un sueño que jamás será realidad porque siempre somos prisioneros de algo, incluso de nuestro propia mente.

En la pérdida del tiempo del mundo virtual, encontré un artículo de un idiota melancólico que decía “la libertad es la capacidad de poder ejercer toda acción sin ser penado por sus consecuencias”. Algo tenía razón en esto porque ahora me siento más pesado que nunca. Antes podía sonreír fácilmente contigo y ahora debo fingir que esto es lo mejor “para los dos”. Después de tu correctas, pero frías palabras, te sientes sola, y yo ya me sentía lejos de ti.

Me levante del piso porque ya mi cuerpo me tambaleaba y decidí salir a respirar, ya que me asfixiaba el aire que solíamos llamar "nuestro" cuarto. Terminé mi día entendiendo algo que ahora es claro y concreto para mí: Tengo dudas sobre tus dudas, y aunque me dijiste que hacer, me seguía sintiendo totalmente confundido.

Ojala fuésemos suficientemente fuertes para no rendirnos y tener la libertad de compartir una vida juntos.