ME DEJÓ IR

ME DEJÓ IR.

Una vez una de sus amigas me escribió:
"Andá a buscarla, boludo, ella te quiere,
te echa de menos y te necesita"
Su amiga tenía toda la p**tª razón del mundo.
Claro que nadie olvida de la noche a la mañana,
nadie te suelta la mano así por qué sí.
Pero nuestra relación ya venía tambaleando
desde hacía dos meses seguidos, éramos una montaña rusa de emociones y sentimientos encontrados;
orgullo, frustración y depresión.
Un día estábamos arriba y al otro bajo tierra.

Yo también la necesito —le dije.
Ella es mujer, boludo —me reclamó.
La amiga estaba que me quería matar,
pero al parecer no sabía todo lo que nosotros
habíamos vivido como pareja; no sabía.
Igual me hizo reflexionar bastante.
Me quedaba una sola ficha para seguir apostando,
así que esa tarde me bañé, prepararé algo de comida que tenía en el refrigerador y me fui
para su departamento. Fui a buscarla.
Me abrió la puerta, se sorprendió al verme.
Quise darle un beso y me esquivó.

–¿A qué viniste? —me preguntó
–Quiero que hablemos.
–Dale subí —me dijo mirándome con bronca.

Tenía los ojos rojos, estaba toda demacrada,
me miraba con desprecio, no me decía nada.

–Dale hablá —me dijo– ¿A eso viniste no?
Entonces le dije todo lo que yo sentía,
lo que me pasaba, le hablé de nosotros,
de la relación; se me fueron las lágrimas,
a ella también, quise abrazarla, no me dejó.
Nunca le mencioné a la amiga en cuestión.
Lo único que me dijo es que;
ella sabía lo que quería en su vida y que
yo ya no estaba en esos planes.
Obvio que me dolió,
fue una punzada en el pecho,
un disparo a quema ropa, una bala perdida.
Asentí con la cabeza, le pedí un último abrazo,
quise darle un beso y no me dejó. Terrible.
15 minutos fueron suficientes para arrancar
todo de raíz, abrí la puerta y miré para atrás
ella rendida en su cama sin decirme nada.
Yo sin querer irme pero me fuí.

Caminé tres o cuatro cuadras y ella me llamó.
atendí y me dijo "Gracias por tanto
y perdón por tan poco". Se iba en llanto.
Me dolía en el alma escucharla así,
quería volver a buscarla pero no. Ya no.
Era volver a lo mismo.

Me dejó ir, me estaba soltando,
que valiente de su parte, tremenda mujer.
Yo no lo hubiera hecho nunca.

Parte 1/3