Por qué los terricolas afectan tu autoestima

La gente no debe tener mayor sensibilidad sino mejor autoestima.

No tenemos que cuidar que traten bien a todos, tenemos que mejorar la forma en que reciben y reaccionan a la situaciones en las que se están metiendo.

Sería un error que los padres le digan a sus hijos: —Cada vez que alguien te insulte, dime que yo estaré allí ara defenderte.

Salvo a algunas excepciones, la regla general es enseñarles que los insultos son solo palabras. Pero te aseguro que tú te ves como el padre en este ejemplo, ¿no?

Ahora imagínate que eres el hijo, ahí te das cuenta de cuánto daño te hace que para cada circunstancia tus padres están allí para resolverlo por ti. Terminarás siendo un inútil para ti mismo, y por ser inútil, consecuentemente una carga para los demás.

Las palabras no te pueden hacer nada en el sentido estricto tacto. No tienes poder ni control sobre lo que lo demás digan de ti, pero sí tienes el control sobre tus propias emociones. Tú eres el primer responsable de controlar la forma en como debes sentirte. Tú ejerces el control del nivel de influencia que los demás ejercen sobre ti, y ya es tu problemas si eres fácilmente influenciable.

No podemos pensar que todo el mundo tiene influencia sobre nosotros como si fuera un poder imposible de quebrantar. Y como no tenemos control absoluto sobre los demás, no podemos pensar que todos están obligados a que nos traten bien, y es por eso que no hay que tener mayor sensibilidad, sino mejor autoestima.

Sin importar si eres buena o mala persona (porque ese no es el el punto de este post), no le vas a caer bien a todo el mundo, eso es imposible y debemos aprender a vivir con esa verdad que es tan certera como la muerte.

La sociedad se está ajustando a las ideas progresistas de que tenemos que validar la sensibilidad de todos, y los terrícolas poco a poco se han ajustado muy bien a la idea de ser sensibles, pero en realidad, lo que hacen disfrazar con virtud de sensibilidad la baja autoestima que tienen eludiendo la responsabilidad que tienen de su propia persona, y cualquier cosa los hace sentir ofendidos. Eso no es sensibilidad, es baja autoestima porque constantemente son victimas de las circunstancias, son las circunstancias lo que determina sus bienestar y no ellos en sí mismos.

La historia de la humanidad tiene un gran período donde se ha registrado un trecho largo de luchas para lograr la libertad de expresión.

Todos debemos respetar la siguiente frase:

No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu libertad para decirlo.

Sin embargo, ahora lo que se defiende hasta la muerta es la censura. Hemos entrado en la cultura de la cancelación.

Y el problema es que a cambio de likes en las redes sociales, o por conseguir aprobación social, estamos dejando que terrícolas de conciencias débiles tomen el mando de la libertad para convertirla en dictadura de cancelación. Y no hay nadie más débil para tomar decisiones que terrícolas con baja autoestima (los mal llamados terrícolas sensibles).