Sobre la belleza: la forma pura de una dama. Periplos. Revista de Arte y Literatura. Nº 5
Sobre la belleza: la forma pura de una dama / @gracielaacevedo*
Amigos en Steemit:
Aprovecho la invitación de @EquipoCardumen a participar en la Revista Periplos para mostrar algunas fotografías realizadas en una ocasión muy especial.
Sobre la belleza: la forma pura de una dama
La floración de la Dama de la noche es un motivo de placer para los amantes de la naturaleza; para un querido grupo de amigos constituyó un momento de tertulia, de lectura, contemplación y de contacto con esta hermosa y casi mágica flor.
La Dama de la noche es una planta epífita de la familia de los cactus; su nombre científico es Epiphyllum oxypetalum. Su característica más impactante, que la recubre de una atmósfera misteriosa, es que su flor abre solo por la noche, y exclusivamente por esa noche se muestra en el esplendor de su hermosura. En el corto tiempo que podemos observarla asistimos a un espectáculo extraño por lo infrecuente, intenso por el placer que causa, limitado por su corta duración. Una experiencia estética se constituye alrededor de la bella y perfumada dama, una experiencia que hay que aprovechar con todos los sentidos, ya que no sabemos cuándo podemos repetirla.
Observando las fotografías resultantes de aquel encuentro prolongamos el placer. Podemos detallar la sugestión que sobre nosotros ejerció este ejemplo de belleza en la naturaleza y decidimos compartir con ustedes el resultado del proceso en el que dejamos de admirar las formas de la naturaleza para adentrarnos en el territorio de las formas puras; existe también en ello cierto hechizo.
Al respecto de la belleza recordamos que no puede ser justificada. Aunque forma parte de cualquier experiencia humana, no todos accedemos a su reducción, para explicárnosla. Dice Ernst Cassirer que “La percepción de las formas puras de las cosas de ningún modo es un don instintivo”; la mayoría de los humanos tenemos fuertes inconvenientes para acceder a ellas.
El arte llena este vacío, ordenando la experiencia de la belleza, reduciendo las formas puras de la naturaleza. Así lo entendió Leonardo Da Vinci cuando concibió la frase saper vedere pensando en la maestría de los pintores y escultores.
Puede ser pertinente en este post la reflexión de Emilio Zola sobre el arte: “Un rincón de la naturaleza visto a través de un temperamento”. El ojo del artista efectúa el proceso, entre la objetividad de la naturaleza y su capacidad perceptiva, para traer un tercer nivel de experiencia, entre lo objetivo y lo subjetivo, uno contemplativo, donde los mortales gozamos de las formas plásticas, musicales y poéticas.
Sobre lo mismo, Johann Goethe apunta a que el arte no imita a la naturaleza, sino que se queda en su superficie, destacando “(…) la perfección de la proporción armónica, el ápice de la belleza, la dignidad de lo significativo, la altura de la pasión…” El efecto es contagioso, allí nos insuflamos de un sentido que desprecia la razón y hacemos oídos sordos a la moral; podría decir que regresamos, sin reserva, a la naturaleza. Pero ahora de una nueva manera, menos imperiosa, sin pragmatismo.
Según Henri Bergson el arte significa la evasión del mundo convencional (hueco y estrecho, recalca) y nos reconduce a las fuentes verdaderas de la realidad.
A través de la objetivación de la belleza por el arte nos vemos tentados a ver el mundo por sus ojos, sintiendo que nunca vimos el mundo con esta peculiar combinación de luces y sombras; la mirada queda, por medio de la obra de arte, como duradera, permanente.
El ojo artístico no es pasivo, es constructivo, con la construcción descubre y expone la hermosura de las cosas.
La belleza, lo ha probado el pensamiento filosófico, no es una cualidad de las cosas mismas, existe únicamente en el espíritu de quien las contempla.
Tal vez por lo anterior, Albert Durero concluyó que el don del artista consiste en extraer la belleza de la naturaleza:
“For art standeth firmly fixed in nature-and who can rendfrom thence, he only posseseth her.”
“Pues, verdaderamente el arte está en la naturaleza y quien lo puede extraer ése lo tiene.”
Para finalizar este post quiero despedirme dejando el siguiente extracto del poema “Dama de la noche”, tomado del libro Luna de greda y arcoiris, del poeta Andrés Rojas.
Antes, dejo mi agradecimiento y un abrazo a mi querida amiga Moraima Rojas, el hada de la Dama de la noche en mis cercanías; igual para mis hermanos @alidamaria y @oacevedo, formas puras en mi emoción; @ramonochoag, siempre conmigo, sabe que “Amor es... no tener que decir gracias”.
A ustedes, muchas gracias por su lectura y por la gentileza de mirar mis fotografías. Todas fueron realizadas con mi cámara Lumix Panasonic DMC FZ40.
Nota: Las citas textuales fueron tomadas del capítulo IX (El arte) del texto Antropología filosófica. Ernst Cassirer. Fondo de Cultura Económica, México, 1997.
Espero sus comentarios.
*@gracielaacevedo (Graciela Acevedo). Es socióloga, por la Universidad de Oriente, Venezuela, Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Central de Venezuela. Profesora universitaria jubilada, mantiene intereses de investigación centrados en la línea de la religiosidad y discursividad social. Es autora del libro Religiosidad a inicios del tercer milenio, editado por la Editorial Académica Española. En la actualidad ejerce como Psicoterapeuta psicoanalítica, mientras intenta hacer relatos y disfrutar de la afición por la fotografía.
¡Qué belleza de flor! ¡Qué fotografías tan espectaculares! Me pregunto si no sería mejor usar las dos últimas etiquetas en ingles (para más visibilidad).
Tus reflexiones sobre el arte y la belleza son, aunque suene cliché, todo un poema. Sólidas, bien articuladas y vestidas con la misma elegancia y dlicadeza de la flor que presentas.
¡Muy bueno y bello artículo!
Gracias @gracielaacevedo, por compartir a través de ¨Periplos¨ y @equipocardumen, este hermoso post. Aparte de extraña y efímera La dama de la noche es embriagadora por su fragancia tan penetrante. Envuelve a quienes disfrutan de su aparición. Sólo una vez tuve el placer de disfrutar de su presencia en mi casa cuando una noche abrieron once flores a la vez y lo recordaré siempre. Tus fotografías son muy buenas ¡Felicidades!
Hermosísimo post, @gracielaacevedo. Hermoso texto y hermosas las fotografías que, como siempre, me sacan suspiros de emoción. La Dama de la noche, una de mis flores preferidas, está unida a mi vida y a mis recuerdos con Moraima y a @oacevedo; ahora contigo y con @ramonochoag. Gracias por tan exquisita mención.
Hermosa noche plenamente disfrutada y ahora recordada y difundida por aquí donde otros seguramente disfrutarán de esta evocación.Lindo post,@gracielacevedo lo voto y lo restemeo.
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