Existen personas que definitivamente marcan nuestras vidas de manera positiva, de hecho puedes encontrarlos en cada familia que conozcas, conocerlos de distintos colores, con distintos estilos, existen versiones femeninas y masculinas y todos tienen algo en común... sienten un profundo amor por los hijos(as) de sus hijos(as)

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Seguramente ya caiste en cuenta que estamos hablando de los abuelos(as), esas hermosas personas que a pesar de las arrugas muestran una inexplicable foma de amar. Así que prepárate a contarnos tu historia sobre ellos, eso sí al final del post porque antes vamos a honrarlos en este post.

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Hay que ver para creer

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Una de las cosas que más impacta a los que recién se graduan de padres es ver el cambio que sufren sus progenitores, ahora recién bautizados de abuelos. La figura de exigencia, disciplina, control y respeto absoluto y rotundo que siempre caracterizó la relación entre padres e hijos se va desvaneciendo poco a poco cuando dejan de asumir el rol de padres y empiezan a enamorarse de sus nietos, esas pequeñas criaturas que son extensión de su linaje.

A nosotros nos pasó, vimos cambiar practicas rutinarias e incuestionables de nuestros padres sólo por pasar rato con sus nietos(as), observamos la expresión de sus rostros, aquella que guardaban sólo para sus nietos(as) y hasta fuimos partícipes directos cuando empezaron a flexibilizar la crianza hacia sus nietos, misma que de padres los hizo justos y ahora por el contrario la cuestionan cual defensores de los más pequeños de casa.

Lo cierto es que "ser abuelo(a)" ofrece la posibilidad de disfrutar al máximo porque ya no se cuenta con la responsabilidad de criar hijos perfectos, sobretodo porque los años terminan por hacerles entender que no es necesario ser perfectos sino felices y ellos con tal de ser la fuente de la alegría de sus nietos pueden olvidar la estricta crianza que dieron de padres.

Para los que tenemos la responsabilidad de criar hijos se nos presenta un dilema existencial al ver en acción a nuestros padres en el rol de abuelos, por una parte sentimos que están rompiendo las reglas que tantos nos reforzaron al momento de criarnos y por el otro el palpar el amor que existe entre ellos se convierte en una extensión de amor hacia nosotros.

Consentidores, flexibles y defensores de lo indefendible, pero aun así son necesarios

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Hay muchos estudios que demuestran que los(as) niños(as) que gozan del afecto de los abuelos terminan siendo más seguros y por ende esto causa mayyor felicidad en ellos. De hecho, existen características marcadas en los infantes que han gozado de una crianza donde tienen presencia los abuelos, entre ellas están:

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Aumento de sus capacidades lingüísticas, esto significa que manejan un lenguaje más nutrido y aunque no lo creas esto puede empezar con el simple hecho de gozar de un cuento infantil por parte de los abuelitos de casa. Sin dejar de considerar que con esta clase de lecturas se despierta la imaginación y la creatividad de los pequeños.

Comportamientos más positivos, no sólo gracias a la interacción socio-emocional que se establece entre ellos sino también porque los niños se sienten "aceptados" en ambientes donde pueden encontrar no sólo a los abuelos sino a los amigos sexagerarios de estos.

Construcción de momentos invalorables, muchos de estos planificados por esos seres cargados de experiencia, sabiduría y serenidad, esa que se gana con los años, imagina el impacto que causaría en un infante que cuente con momentos ideados por los padres y por los abuelos, porque de hecho no se trata de sustituir unos por otros sino de complementarse y que cada uno aporte lo que en efecto le corresponde.

¡Pero! ¿por que no todos los abuelos son consentidores?

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Quizás tu historia no haya sido tan plena como la relatada en los párrafos anteriores y tuviste unos abuelos que siguieron disciplinandote, en este caso bien valdría la pena preguntarte ¿Cual fue el papel que tus abuelos tuvieron que asumir contigo? sobretodo porque existen circunstancias de la vida donde estos deben encargarse completamente de sus nietos(as) y por tanto la crianza y la disciplina se vuelve extensiva, esta vez con menos fuerzas y menos ganas pero con la voluntad de formar buenos seres.

Inclusive hay casos donde los(as) abuelos(as) se sienten responsables de las decisiones de sus hijos y aceptan ya con muchos años encima la crianza de los(as) nietos(as).

Vamos a estar claros, la crianza de los hijos es uno de los restos más grandes en la vida, así que es de admirar que los abuelos asuman un compromiso que no les corresponden con tal de ofrecer lo mejor a los(as) hijos(as) de sus hijos(as).

De hecho, los ritmos de vida y las horas cargardas de mucho trabajo por parte de los padres han obligado a los abuelos a ser más partícipes y activos en la vida de sus nietos y este es un punto bastante delicado porque cada integrante de la familia tiene un rol que asumir y no es la idea cargar a los abuelos de un peso más grande del que deberían.

Ya para finalizar queremos cerrar con una frase que se hace inmortal, indistintamente de la historia que te haya tocado vivir y es que "los abuelos no desaparecen, sólo se hacen invisibles", ellos siempre seguirán presentes: en los recuerdos dejados, en las cosas aprendidas, en las historias compartidas, en los detalles, en la educación ofrecida y disfrazada con la mayor de las ternuras. Ahora bien, ya hemos hablado lo suficiente, es hora de que seas tu el que nos cuentes a través de los comentarios y nos dejes una de las tantas historias que respaldan esto.