El loco del tiempo y el evangélico callejero

Fiel a su Dios, el evangélico callejero intentaba convencer a los transeúntes de la bondad y del amor que su Dios sentía por los hombres.

¡Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores! —gritaba—. Alabo a Dios a estas horas por este gran privilegio que el señor me brinda para poder pararme en esta calle a dar cumplimiento a lo que escrito está. Dice Dios a través de su palabra que debemos ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura y todo el que creyere y fuere bautizado; este sería salvo, mas el que no creyere; este sería condenado —decía el evangélico callejero a la gente que pasaba por su lado.

Jesucristo con su gran amor hoy en día me brinda este privilegio de dar cumplimiento a lo que escrito está. ¡Dios te ama! —gritaba el evangélico callejero una y otra vez a todo aquel que pasaba por delante de él.

¡Dios te ama! —le dijo al loco del tiempo mientras este pasaba por su lado tomándose una cerveza.

A mí no me gustan los hombres —respondió el loco del tiempo con una sonrisa burlona.

No estoy intentando ligar contigo, estoy intentando llamar tu atención para que sepas que Dios existe y que él te ama —dijo el evangélico callejero.

Si el sexo de Dios es masculino, entonces no quiero que me ame —dijo el loco del tiempo con rostro serio.

Dios no tiene sexo —dijo el evangélico callejero—, él es una deidad.

Si es así como tú dices, entonces ¿por qué no le llamas ella en vez de llamarle él? —preguntó el loco del tiempo.

Porque desde que nací me educaron para llamarle él —contestó el evangélico callejero.

En ese momento pasaba una persona cantando: nada más nacer empiezan a corrompernos, crecemos y envejecemos en absoluta sumisión…

Tenías que haber hablado con él, en vez de hablar conmigo —dijo el loco del tiempo— ¿te fijaste en lo que ponía su camiseta?

No, ¿que ponía? —preguntó el evangélico callejero.

Sin Dios ni amo —dijo el loco del tiempo—. ¿Crees que irá al infierno?

Si no se arrepiente por sus pecados por supuesto que sí —respondió el evangélico callejero.

El loco del tiempo se quedo observando la biblia que llevaba el evangélico callejero en su mano izquierda y preguntó:

¿Por qué Dios castiga a los pecadores enviándolos al infierno?

Los manda allí para que puedan pagar por la maldad que han cometido en la tierra —contestó el evangélico callejero.

¿Y quién ha creado la maldad? —preguntó el loco del tiempo.

El mismo hombre con su libre albedrío —contestó el evangélico callejero.

El loco del tiempo se quedó viendo fijamente el cielo y dijo:

Si Dios es todopoderoso, entonces él ha creado el bien y el mal, él lo ha creado todo. Él sabía todo lo que iba a pasar antes que tú nacieras y después de que tú murieras, él sabía todo lo que iba a hacer el violador, el asesino, el pederasta y el ladrón, él sabía que tú y yo íbamos a conversar en este momento, ¿por qué dejó que existiéramos si sabía que íbamos a hacer maldades?

El loco del tiempo siguió su camino y el evangélico callejero se quedó callado y pensando.