A los ídolos, aunque duela, hay que dejarlos ir a tiempo.

A Pelé no lo llevaron al último mundial cuando tenía cerca de 40 años porque Brasil no quiso que el mundo tuviera una mal imagen de él. Querían que lo recordaran como un crack para siempre. Zidane se marchó siendo uno de los mejores mediocampista del mundo: nadie nunca lo vio caminar o jugar con baja intensidad, más allá de los errores que como humano podía cometer. Aunque se recuerda por el cabezazo a Materazzi, también se recuerda por haber sido uno de los mejores hasta el último día de su carrera.

Caso diferente, al de Totti o Ronaldo: a ellos los vimos jugar partidos muy pobres donde se cansaban, erraban pases insólitos o hacían remates deficientes, muy lejos del nivel de aquellos años donde hicieron de lo extraordinario algo cotidiano.

Quizás Iniesta se cuida para ser recordado como Pelé o Zidane, y no como Totti o Ronaldo.

Me parece una sabia decisión que se marche ahora, pues las piernas ya no le responden igual, aunque siga teniendo grandes exhibiciones.

Sin duda, de los mejores jugadores que vi en mi vida.