El Tambor de Agua, una herencia cultural femenina
Cada una de las tres culturas madres de Venezuela constituye un universo de tonalidades, raíces y cosmovisiones. La riqueza cultural del país guarda secretos de tribus ancestrales. Secretos que heredan hombres y mujeres de las costas y montañas, y que poco a poco alcanzan los olfatos de los investigadores.
Buscando inspiración afrovenezolana, Tatiana Gómez se topó con el Tambor de Agua, una tradición de las mujeres de Barlovento y Tacarigüita heredada de los pueblos Bantú y Baka de Camerún. Su interés y fascinación la llevaron a África, junto a la cineasta Clarissa Duque, quien documentó la experiencia en el reconocido largometraje Tambores de Agua, un encuentro ancestral (2009).
El pasado lunes 20 de febrero de 2017, catorce mujeres guiadas por Gómez que es bailarina, coreógrafa e investigadora de la danza, hicieron una muestra del Tambor de Agua en la Sala de Conciertos de la Universidad Experimental de las Artes (Unearte). El encuentro estaba pautado para ser realizado en el Espejo de Agua del Teatro Teresa Carreño, sin embargo, por motivos logísticos fue cambiado de lugar y de esta forma se presentaron por primera vez “en seco”.
La pieza "Tambor de Agua a la Fuente" es una propuesta que lleva al espacio urbano este juego de mujeres que van a lavar en los ríos. Cuando se reúnen, ellas percuten el agua, cantan, bailan y atraen a sus maridos, todo a través del agua, elemento propio de la cualidad femenina.
El Tambor de la Mujer
“El tambor de agua es un juego que ocurre en las costas venezolanas. Es una práctica de herencia africana que llega en el período de la colonia y se mantiene hasta nuestros días”, explica la bailarina de Danza Tradicional Venezolana y Danza Contemporánea a Esfera Cultural. Ella descubrió este rito en el año 2005 y se fue a las poblaciones del estado Miranda en donde las protagonistas compartieron sus conocimientos.
Gómez descubrió para entonces a Baka Beyond, una agrupación de world music concebida en 1992 por los músicos británicos Martin Cradick y Su Hard, que después de internarse en la selva de Camerún quedaron fascinados por el espíritu y la sonoridad del pueblo Baka. Crearon también la fundación benéfica Global Music Exchange, con la cual contribuyen a la calidad de vida de los Baka.
La bailarina creó un solo con la música de Baka Beyond y su amiga, la cineasta Clarissa Duque -quien estuvo en el Festival de Cannes en el 2013 con su cortometraje animado Galus Galus-, le propuso documentar su trabajo. Así fue como un año y medio más tarde, Duque consiguió el financiamiento y se fueron a Camerún.
De Camerún a Venezuela
“El Tambor de Agua se realiza cuando las mujeres van al río a lavar. En África percuten el agua para despertar al espíritu del bosque y pedirle que proteja a sus hombres. En Venezuela ese carácter ritual se ha desdibujado un poco. Tengo algunas hipótesis pero ninguna de validez científica”, comenta Gómez. Una de las razones que encuentra es la pérdida de las formas originarias. “Esas formas se van perdiendo en la memoria, en parte porque a Venezuela van llegando diseminados y diferentes grupos que no están anclados a algo específico. Me imagino que una mujer lo sabía, lo tocó, aquella lo replicó y el referente más cercano que consiguieron fue San Juan”, agrega la directora de la Compañía de danza Danzata.
Es por ello que una vez que llega a Barlovento, la investigación se afincó en la relación que tenía el Tambor de Agua con el de San Juan, al tiempo en el que revisaba la diferencia entre el Tambor de Agua como herramienta de expresión femenina con el tambor de cuero que proponen los hombres.
Las prácticas con el agua despertaron su curiosidad para entonces. “Comencé a indagar en la concepción arquetípica del Tambor de Agua. Dimos con el ritual, dimos con el elemento como elemento primigenio que define a la mujer. El agua como el elemento que da vida y la posibilidad que tenemos las mujeres concebir. La relación del feto con el agua, la vibración que nosotras generamos, cómo se transmite allí toda una cantidad de información”, señala al respecto.
Tambor de Agua a la Fuente
Después del documental, Tatiana Gómez invitó a once amigas con las que había estudiado danza en el Instituto Universitario de Danza (Iudanza). Todas de distintas disciplinas, danza contemporánea, tradicional y clásica, se unieron a tocar tambor de agua en el Espejo de Agua de Plaza Francia de Altamira con el apoyo del Gerente Cultural, bailarín y periodista, José Antonio Blasco.
“Era una invitación a jugar, a bailar con lo que tenían: su sensualidad, sexualidad, maternidad. A tributar a la diosa, la diosa que perdimos y que las religiones monoteístas hay negado imponiendo un Dios masculino. Sin querer llegar a un discurso feminista, nada que ver, queriendo reivindicar esa posibilidad de reunión de las mujeres, no para competir, sino entrando en su elemento, en el río, en el agua, donde uno es libre de bailar lo que quiera”, recuerda.
Tambor de Agua a la Fuente se ha realizado nueve veces desde el 2008 y según refiere la bailarina, casi siempre se cambian las mujeres en escena. “Hay unas pautas muy sencillas, ‘aquí lavamos, aquí exprimimos, aquí tocamos tambor de agua’ y ellas improvisan sus solos. La idea es improvisar en torno a lo femenino”, expresa Gómez.
Artículo publicado en www.esferacultural.com
Hola Odri! Cómo estás? Me llamo Mateo y participo de un grupo de estudiantes de música latinoamericana de Bs. As., Argentina, y para nuestro trabajo final queremos hacer una investigación acerca del tambor de agua. Vimos este blog y nos pareció muy interesante la puesta en común entre el tambor de agua y la herencia cultural femenina.
Queríamos saber si podríamos hacerte una entrevista sobre el tema, o si nos recomendarías a alguien? Muchas gracias