Cómo convertirse en rey?
Hace unas semanas meditaba con mi Comunidad Misionera la elección de Saul, hijo de Quis, como rey de Israel, en primera de Samuel 1 y siguiente.
Un día se le acurre a las burras de Quis perderse. Este llama a su hijo Saul, le dice que llame un trabajador de la casa, y que salgan a buscar las burras. Dando vueltas por aquí y por allá, y no la encuentran después de dos días. Saul quiere dejar la búsqueda, pero su sirviente lo convence de seguir y visitar al profeta Samuel, el cual ya tenía la misión de consagrarlo como rey. Y así sucede. Un joven de la tribu más pequeña, y de la familia menos numerosa fue elegido para dirigir el Pueblo escogido.
A veces se nos presentan situaciones que no entendemos, absurdas para nuestro sentido común, pero con un propósito enorme y de gran relevancia para el plan de Dios.
No importa que creas que te tocó la misión más difícil. Ponte a buscar las burras. Es bueno que tengas un compañero de camino. Porque cuando queremos desistir, volver para atrás son ellos quienes nos enfocan de nuevo en nuestra meta.
Siguen buscando las burras porque cuando estés preparado se te revelará el plan de Dios, aunque sientas que no lo merezca. Aunque no lo merecemos, la gracia y misericordia de Dios sobrepasa nuestras miserias.
Ya las burras estaban en la casa, lo importante no son las burras, es que estás en camino hacia la voluntad divina sobre ti.
Aprender para la vida
Aunque creas que te asignaron el peor trabajo o misión, hazlo si quejarte y con amor. Eso es sólo el pretexto para darte lo mejor.
Cuenta siempre con un compañero de camino.
El camino será duro. Trata de disfrutar el paisaje, sin dejar el sendero. Samuel te espera.
I Samuel 10,1
Tomó Samuel el cuerno de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl, y después le besó diciendo: «¿No es Yahveh quien te ha ungido como jefe de su pueblo Israel? Tú regirás al pueblo de Yahveh y le librarás de la mano de los enemigos que le rodean. Y ésta será para ti señal de que Yahveh te ha ungido como caudillo de su heredad.