Bautistas chilenos y el Estado

in #countries7 years ago (edited)

Los bautistas siempre han sido independientes del Estado y por tanto libertarios naturales; esto hace del Partido Independencia en Chile un grupo apropiado para sus ideales. En las colonias británicas antes de fundarse los Estados Unidos de América, estos se opusieron a (1) pagar a impuestos para construir los templos Anglicanos, Congregacionalistas, etc., (2) solicitar licencias, a otras autoridades religiosas, para predicar, y (3) pagar multas o sufrir esclavitud (en el caso de Virignia) por no asistir a cultos de otras religiones establecidas por legislación, por ejemplo un culto anglicano en Virginia.

Ante tales amenazas, Isaac Backus y John Leland, dos pastores de la época, lucharon por ratificar una declaración de derechos, la que luego se transformó en las primeras enmiendas a la Constitución de los Estados Unidos en 1789. Estos Bautistas fueron verdaderos libertarios.

Pasó lo mismo en Chile donde los misioneros estadounidenses y un escocés se opusieron al vínculo entre el Estado y la iglesia, especialmente a la prohibición de conducir cultos públicos o predicar el evangelio en español. No sorprende que los primeros misioneros Bautistas que llegaron a Chile desde Estados Unidos (1917-1926), abogaron por la Constitución de 1925 o se convirtieron en militantes del Partido Radical de la época. Querían libertad del Estado y de su novia la Iglesia Católica Romana.

Estos Bautistas trajeron a Chile muchos dólares (indudablemente en forma de monedas o padrones de oro circulando antes de 1933), invirtieron el equivalente hoy a centenares de millones de pesos en: (1) sueldos de más de diez misioneros a tiempo completo, (2) la construcción de muchos templos y residencias pastorales entre Santiago y Chiloé y además en Antofagasta, (3) el comienzo de un editorial El Lucero y una revista mensual La Voz Bautista, (4) un seminario en Miguel Claro (Providencia, Santiago), y (5) un colegio principal en Temuco para niñas en 1921 (y más adelante para niños también, el primero en Chile), dirigido por señorita Agnes Graham, con sus escuelas "sucursales" o satélites alrededor de Temuco. [Fuente foto]

Agnes Graham.PNG

Éste último proyecto fue muy exitoso, según el misionero bautista Dr. William Earl Davidson, "El tiempo demostró la sabiduría de la coeducación para la empresa, la escuela de la señorita Graham se convirtió en la coeducación piloto de la escuela para todo Chile" en su Recuerdos de nuestra misión en Chile, página 7.

Para los Bautistas chilenos el activismo contra el Estado y sus manifestaciones como el comunismo, fue necesario. Esto se evidencia en muchos artículos sobre el tema, publicados en La Voz Bautista en 1922 y 1923. Los Bautistas quieren obligar a nadie a asistir a cultos o seguir preceptos religiosos; al revés quiere vivir en una sociedad libre donde puedan predicar el evangelio en paz y persuadir a otros a unirse a ellos en conversión a Cristo. Es una religión bíblica y sencilla que no tiene cupo para el Estado, ya que éste es para muchos Bautistas repugnante e incluso abiertamente satánico.

El Estado chileno fue un fastidio para los bautistas, especialmente para los misioneros y primeros pastores chilenos como Honorio Espinoza, titulado de derecho en la Universidad de Chile y primer rector del seminario Bautista en Santiago. Todos estos hombres tenían títulos posgrados y algunos doctorados (Davidson, 1928; Moore, 1944; McGavock, 1961). Espinoza e Isaías Valdivia fueron ejemplos de pastores Bautistas chilenos que estudiaron en prestigiosos seminarios de los Estados Unidos antes de 1940, volviendo a Chile para participar en la lucha contra pecados personales y sociales con la ayuda de títulos y preparación. El bautista intelectual de la época tenía un nivel de educación muy alto, incluso para los estándares de hoy y debería ser un ejemplo a seguir para muchos Bautistas modernos y otros cristianos evangélicos, Protestantes y Pentecostales.

Por ejemplo, el misionero Roberto Cecil Moore, que obtuvo su doctorado (Ph.D.) en el Seminario Teológico Bautista del Sur con su tesis The Economic Influence of Roman Catholicism in Chile (La influencia económica de catolicismo romano en Chile), atribuye la pobreza y el atraso de Chile a (1) dogmas sin sentido, (2) la corrupción sacerdotal, (3) la crueldad de la iglesia con los indígenas, y (4) abusos, como por ejemplo cobranza de comisiones arbitrarias a capitanes de barcos llegados a Valparaíso bajo amenaza de excomunión.

Después de 25 años viviendo en Chile, escribió francamente en la misma tesis:

Chile está infinitamente atrás de otros países que tienen recursos inferiores, no por una raza inferior, sino por una religión que da resultados económicos inferiores. ¿Es demasiado decir que Chile es pobre porque es católico? [página 84]...A juzgar por la historia de Chile colonial, el catolicismo romano no favorece la libertad intelectual y exploración, ni la inventiva en ninguna línea. El catolicismo es contrario al cambio social y el cambio social es esencial para el bienestar económico permanente [página 119].

Él también escribió un libro Hechos y hombres: Los Bautistas de Chile (1965), en el que relata algunas dificultades que tenían con el Estado chileno. Un ejemplo famoso en su época, pero casi olvidado hoy, es el caso del Colegio Bautista de Temuco, financiado 100% por iglesias Bautistas del sur de los Estados Unidos, con el fin de eliminar analfabetismo de la región y alzar el nivel académico para niñas y (más adelante) niños. Moore nos cuenta en páginas 101-102:

El Estado
Otro problema, y quizás de mayor peligro, para los bautistas lo constituye su relación con el Estado. A medida que se hacen conocer más y aumenta su influencia, acrecienta el problema de su relación con el Estado.
Años atrás, algunos congresales bien intencionados lograron conseguir una suma considerable para auxiliar al presupuesto del Colegio Bautista, sin decir nada a Agnes Graham. El Tesorero fiscal le llamó por teléfono y le dijo:
—"Señorita Graham, su dinero está esperándole".
—"¿Qué dinero? ¿De qué se trata?"
—"Pues, la ayuda fiscal para el Colegio Bautista".
A duras penas pudo Agnes Graham convencer al bondadoso tesorero que el Colegio no iba a aceptar dineros fiscales para enseñar el credo bautista. El problema no ha sido resuelto aún. Su solución no es fácil.
Los bautistas son ciudadanos; quieren tener toda la participación en el gobierno y en asuntos públicos como tales. Y deben contar con los mismos privilegios y garantías de cualquier otro. Y por otra parte el gobierno necesita todo el apoyo y la orientación moral que el creyente en Cristo puede aportar.

No obstante, el Estado afligió al Colegio Bautista en Temuco, poniendo trabas y aparentemente obligando la clausura de algunos satélites por ser tan rebeldes [Moore, p. 85]. Como Jesucristo y el Apóstol Pablo, los Bautistas son a menudos considerados "rebeldes" ante los ojos del Estado.

Espinoza fue el miembro más prominente de la primera generación de bautistas chilenos que fueron entrenados por los misioneros Bautistas del sur de Estados Unidos. Él escribió: "Una y otra vez los medios formales de control social como el gobierno y el derecho, con toda su maquinaria y técnica, no logran su propósito porque no pueden lidiar con la acción humana misma. La religión demuestra ser la fuerza en el reino del orden social [página 282]". (Fuente: "The Place of Religion in Social Control” [“El lugar de la religión en el control social"] (1940), Review & Expositor 37:3, páginas 282-285.) Tal vez esa es una de las razones por las cuales las autoridades estatales buscan constantemente una manera de controlar o manipular la religión—e incluso sus escuelas privadas—de modo tal que fomente los fines del Estado.

La idea de que la iglesia y sus instituciones fueran controladas o manipuladas por el Estado era repugnante para los primeros bautistas chilenos. Como verdaderos libertarios, el recibir fondos estatales es tan nefasto para un bautista consecuente igual como pagar impuestos por asuntos religiosos. Esta idea fue subrayada cuatro décadas después, en La Voz Bautista de julio de 1961 (53:7, página 6), donde se afirmó la oposición de las iglesias Bautistas a subvencionar colegios religiosos bajo el principio de la separación de iglesia y Estado.

Según Moore, "en 1920 el analfabetismo en Chile era casi el 50%" [página 50]. ¿Acaso podían entender la palabra de Dios sin tener la habilidad de leer? Una escuela fue necesaria, pero sin influencia o vínculo con el Estado [página 84]. Moore contó, "Algunos, especialmente los misioneros y algunos otros, piensan que aceptar tal ayuda del Gobierno para subvencionar a una escuela bautista, viola el principio de la separación del Estado y la iglesia" [página 85]. Esta postura causó una pequeña discusión entre ellos, ya que algunos chilenos equivocadamente estaban dispuestos a aceptar alguna forma de financiamiento estatal. No entendían bien su propia doctrina, igual como muchos Bautistas chilenos modernos cuya formación bíblica no es buena.

La Biblia enseña cómo los cristianos deben actuar ante las autoridades: "no ofenderles" innecesariamente (Mateo 17:27), intentar "estar en paz con todos los hombres" (Romanos 12:18), buscar una fórmula política "para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad" (1 Timoteo 2:2), pero "si puedes hacerte libre, procúralo más...Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres" (1 Corintios 7:21,23). Los Bautistas chilenos de la primera parte del siglo XX, como por ejemplo Davidson, Moore, Graham, Espinoza y Valdivia, cumplieron con este mandato.

Ahora es tiempo para que los bautistas chilenos reconozcan sus raíces bíblicas e históricas y actúen como libertarios "rebeldes" en vez de ser estadistas. Su fe no debería depender del Estado, ni de la moralidad de la sociedad chilena. Su deber es predicar el evangelio y ser activistas políticos en la lucha para lograr libertad del Estado y sus nefastas, viles y ateas manifestaciones como el comunismo, la ecología radical, el feminismo radical, la identidad de género u homosexualidad, el derecho a aborto, y el dogma moderno secular de ser políticamente correcto. Al igual que los Bautistas, el Partido Independencia sin ser un grupo religioso, comparte esta misma lucha. ¡No al Estado y sus malvadas políticas proactivas!

Estoy seguro los activistas Bautistas, Presbiterianos, Luteranos, Anglicanos, Católicos estilo Opus Dei, etc. encontrará en este partido ideales que interpretarán y acogerán sus convicciones.

Click here to read the version in English.

John Cobin, Ph.D. George Mason University Twitter
Co-fundador Partido Independencia
www.libertarios.cl


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oh,,its remain us ,the old liberation of chile,
its independence of chile which can be obtained by a great secrifice of many great people,,,thanks for share Chilean Baptists

Una historia fantástica sobre los bautistas.

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I don't think it's a Baptist's job to influence politics. Baptist's should focus on better mission work and outreach of the Gospel, and trust that God will work in the hearts of those who are and would become politicians.

Thankfully, Baptists in early America did not agree with you. There would likely never have been a Bill of Rights (or later Baptist seminaries and missionaries movements) without the political activism of men like pastors Isaac Backus and John Leland. One must understand that without separation of church and state, Baptists endeavors were constantly stifled. The professors at SBTS and hundreds of churches spawmed a movement in the world to effectively preach the gospel, reduce illiteracy and poverty, and transform social institutions that were and are repugnant to biblical teaching. All of that falls under "mission work" for non-dispensational Christians trying to transform the world for Christ. That is the norm among Baptists historically, both in America and in Chile 1888-1970, not what you are espousing. We do, of course, want God to work in the hearts of future politicians, but we want even more to be able to have the freedom to preach the Gospel to everyone.

Una historia de libertarios religiosos no bien conocida, ¡pero muy interesante!

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its so interesting story of liberation of Chilean Baptists,,

Good articel

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