Mi viaje a Colombia

En Maracay tome un expreso Mérida que debía salir a las 7 pm pero salió a las 08:30 pm, este expreso me llevaría a San Cristóbal. Realizo una parada en Valencia para tomar más pasajeros.
Llegando a Tocuyito se presentó un accidente y tardamos más de una hora en la cola.
Ya me estaba pegando el frio del aire acondicionado y tenía un cabrón a mi lado que roncaba como un león.
A las 03:30 am llegamos a Barinas. Menos mal que nos paramos para estirar las piernas, ya no hallaba como sentarme y el frio era horrible. Estaba como un garabato.
A las 08:00 am llegue a San Cristóbal. La entrega de equipaje fue un desorden. Allí tome un carro expreso para Cúcuta. Llegando a San Antonio (Frontera con Colombia) tardamos una hora en recorrer 5 cuadras porque la "guardia bonita" revisaba los vehículos.
Las nalgas me dolían, las piernas las tenía acalambradas pero por fin llegue al aeropuerto de Cúcuta a las 10:20 am. El avión partía a las 12:00 m hora de Colombia, vía Medellín.
Me dirigí a la taquilla de la aerolínea y allí pesaron el equipaje y solicitaron el pasaporte.
Resulta que el pasaporte tenía que ser sellado por extranjería en Venezuela y yo no lo sabía. Me indicaron que solicitara una cedula andina que costaba 4.000 pesos. Yo tenía 40 BsF y eso al cambio era como 10.000 pesos. Tenía sobre peso en el equipaje y por eso tenía que pagar 13.600 pesos.
Verga que peo !!!.
Solo tenía 10.000 pesos y había que pagar 17.000.
Mis nervios se aceleraron y no sabía qué hacer. Estaba cagado porque no tenía dinero ni para devolverme a Venezuela.
Total que me dirijo a las oficinas del DAS y allí me dicen que me pueden sellar el pasaporte por entrar a Colombia pero que debía indicar la dirección a donde me dirigía.
Que peo no tenía la dirección.
Ubico un centro de comunicaciones y llamo a Medellín para que me indicaran la dirección.
Por supuesto el dinero se disminuía.
Cuando voy a pagar la llamada, resulta que no consigo los pesos.
Dios !!! Como que los perdí??
me dije.
Vuelvo a pedir otra llamada para indicar que perdí los pesos. Pero desde
Medellín no podían hacer nada.
Le indico a la señora del centro de operaciones que me vienen a buscar para darme el dinero. Por supuesto era mentira. Estaba cagado y no sabía cómo conseguir el dinero.
Pensaba en vender la laptop o la cámara. Pero, A quien??????
Que peo!!!!!!!
Sentado mientras me revisaba todo, consigo los pesos en el bolsillo de la chaqueta.
Waooooo!
Qué alivio. Me calme un poco y pague las llamadas.
Inmediatamente, me fui a al DAS y me sellan el pasaporte. Pero, todavía había que pagar el sobre peso del equipaje y me quedaban 8.000 pesos.
Total que me voy a la aerolínea y le digo al señor que solo tenía los 8 mil que no tenía nada más y que si quería sacaba algunas cosas de las maletas.
El hombre me vio desesperado y me dijo déjalo así me lo pagas cuando pases por aquí.
En ese momento dije Dios si existe y le di gracias. Qué alivio. Le agradecí al señor de la aerolínea y me fui corriendo para la puerta de salida para tomar el avión.
En la puerta de salida unas mujeres policías me revisaron por todos lados. Me tocaron hasta las bolas.
Como andaba con la hora de Venezuela resulta que el avión no había llegado. Yo pensaba que estaba retrasado.
Paso a la sala de espera y allí ubico un baño. Allí casi que me baño para que se me pasara todo lo cagado que estaba. Me calme bastante.
A la media hora llega el avión.
Pues que sorpresa el avión parecía de juguete. Era una avioneta.
Me monto en el avión y esa vaina parecía una salchicha con alas.
Cuando el avión enciende los motores resulta que nos quedamos sordos. Esa vaina sonaba durísimo.
Total que comienza a rodar y despega.
Esa vaina cuando agarro vuelo subía y bajaba. Así estaban mis bolas. Pensaba que esa vaina se iba a caer. No miraba por la ventanilla. Yo me había montado en aviones grandes pero esa vaina de juguete era otra cosa.
Total que se eleva. Pero coño ¡!! No dejaba de bajar y subir y de paso descubro que el piloto era una mujer. No es que tenga problemas con las mujeres pilotos, pero esta
Tenía una pinta de loca que cagaba.
Me decía: coñooooooo hasta cuando tengo que sufrir????
El viaje duro una hora.
Llegando a Medellín el avión dio una vuelta en el aire y en ese momento a todos se nos cayó algo.
Por supuesto a mí se me cayeron las bolas.
Y por supuesto al aterrizar no podía hacerlo con calma. Cuando toco tierra parecía que se iba de lado y nos estrellaríamos.
Cuando nos bajamos del avión nos recibió una rubia bellísima. Yo estaba cagado y temblando. Pero no podía permitir que ese caramelo me viera así. Me puse derechito y baje las escalinatas.
Pues, casi que me caigo como un bobo.
Una vez en tierra, agradecía a Dios por cuidarme.
Ya en Medellín me estaban esperando y me llego la calma.
Este es el cuento de mi viaje Venezuela – Colombia.
Espero que les guste.
Yo lo recuerdo y me cago de la risa.
No se lo recomiendo a nadie. Hay que tomar aviones grandes.
Después les cuento más.