Amigos lectores, tuve la oportunidad de asistir a la presentación de Niño anómalo de Fede Nieto, un escritor novel de cincuenta años nacido en Argentina y residente en Barcelona (España) desde 1978. Escritor por impulso y fotógrafo.

Nacemos y morimos con muy pocas cosas, recorremos la tierra con lo puesto y creemos poseer más de lo que tenemos. Ignoramos el calor de nuestras vidas y la de los demás hasta que un día es cero y ya no hay nada que hacer. Generación tras generación cometemos los mismos errores, incapaces de reaccionar.

Este párrafo forma parte del libro de Fede Nieto, Niño anómalo.
Es una remembranza de su niñez en los años 70 en Argentina, cuando tuvo que padecer junto a sus padres constantes persecuciones y vivir en las tinieblas por culpa de la dictadura.

Sobrevivir en la sombras, acostumbrarse al silencio, abandonar su país, vivir una vida sintiéndose ajeno al traje que le tocó vestir.

Esta experiencia fracturó su infancia, modificó su entorno e influyó en el hombre que es hoy en día. No por eso ha de ser mejor o peor simplemente diferente.

Me siento identificada salvando las distancias y los horrores que él tuvo que enfrentar. A todos los que estamos aquí o allá, o en cualquier parte del planeta nos está tocando huir, dentro o fuera de nuestra propia tierra, sumergidos en el laberinto que han inventado para nosotros.

En mis momentos de reflexión, me doy cuenta que, ciertamente, nos aferramos a cosas que detienen nuestros pasos, que condicionan nuestra libertad y que creemos indispensables hasta que comprobamos que no lo son. Nunca lo han sido; nos han limitado por costumbre y no son necesarias.

Los sentimientos, los valores, lo que hemos aprendido: eso viajará con nosotros hasta el final y será lo único que permanezca en el recuerdo, durante un breve espacio de tiempo, de quienes nos han amado.

Los conflictos que se generan en la humanidad son cíclicos. En cada continente, cada dos o tres generaciones se producen pugnas que marcan y dirigen los pasos de nuestros predecesores como una forma de mejorar el mundo. ¿Acaso lo logran?

Los enfrentamientos religiosos, sociales y políticos van moldeando a la humanidad y no veo grandes avances, tomando en cuenta que somos en teoría seres racionales.

Acercarme a esta experiencia de la mano de este superviviente y mirar a nuestro alrededor ha despertado mi rechazo a intereses personales de pocos que influyen y restringen la vida de muchos.

La fotografías son de mi propiedad y fueron tomadas con la cámara del Apple Iphone X

@evagavilan (Eva Gavilán)*. Nacida en Caracas, Venezuela, en 1959. Me gustan las letras, la fotografía, y la naturaleza. Mi trabajo comercial y administrativo nada tiene que ver con mis aficiones, aunque siempre intento lograr un equilibrio entre mis ocupaciones y mis pasiones. Autora de la novela Las cenizas del bastón (2015), merecedora del premio de narrativa en el Concurso Cumaná 500 años, organizado por la alcaldía de la ciudad.