“Magia del cine”
Palabras que pueden describir esta foto: trascendente, intrigante, efusiva y a su vez ignorada. ¿Quién no se ha preguntado mientras veía su película favorita, en su total asombro mientras comía sus palomitas o estupefacto frente a la pantalla un tajante ¡Cómo lo hicieron!? Casi como pregunta retorica. Y es que difícil es, no sentir curiosidad ante el enigma de lo que representa “La magia del cine” ver como a partir de cámaras, ambientación, fotogramas, banda de efectos y chorros de maquillaje, entre otros… Una idea, se convierte en realidad… Una serie de emociones, pensamientos y moralejas que causan en su específica pero detonante ocasión, consecuencias en nosotros mismos, tanto como colectivo, como independiente, y en su manera más subjetiva entre todas, si me lo preguntan, para mí esa es su máxima. Perfecta armonía, entre lo ficticio y lo real, convergencia entre dos mundos, el de la historia y el espectador, nexo entre sentimiento y empatía, cohesión de percepción, imaginación y representación, si… El séptimo arte, no es lo que es por casualidad, su creación no fue por causa exclusiva de la sociedad, es consecuencia de ella, de nosotros mismos, un reflejo de todos como seres humanos, un medio por la necesidad de expresión. Dicen que no hay nada mas contagioso que una idea, ¿Que mejor manera de transmitirla que en un film? Una visión de lo que podría ser una vida en tiempos ancestrales, una alusión a una paradoja onírica y psicológica, un viaje filosófico, creación a un mundo utópico, puede que una u otra representación de una tristeza profunda, tal vez una distopía tan caótica que ni en tus pesadillas encontrabas, o tras reflectores capturar una muestra de lo que creen que es amor. Y ¿Cómo no sentirse identificado? Actores que figuran en carne y hueso conmoción, intérpretes que encarnan con sensaciones expectantes el simbolismo del sentir de otro, para comprensión de todos. Pero entre todo, lo que es seguro, que aunque se rompan paradigmas cada cierto tiempo, quede, quede ese vestigio grabado de lo que fue, a lo que será, como una transición, y saber que evoluciona no solo por nosotros, si no con nosotros, los que dirigimos las cuerdas tras bastidores, como público y audiencia de cada transformación y fase de estos creadores que distorsionan nuestra realidad en formatos de proyección por pocas horas, con el arquetipo subjetivo de ideologías conceptualizadas en ese boceto de ingenio, y en la ilusión tan apasionadamente desvelable de su curso, no conformarse con su misterio. Así que. Piensa, cuando veas tu próxima película, esta podría ser un pedazo de corazón y visión de otro que te lo expone, y la pone en tus manos, tómala, y disfruta de el viaje, pero sobretodo, disfruta de el arte (No importa de qué genero)