¿Qué ven los ciegos?
La dificultad de esta pregunta estriba sobre todo en el carácter subjetivo de toda experiencia. Es tan difícil responder a esto como a esta otra, ¿qué ven los que ven? Por ejemplo, ¿el color rojo que yo veo es igual al que ves tú? Nadie puede asegurar nada cuando se trata de percepciones de cualquier tipo. El hecho de que podamos hablar de experiencias en “común” es una maravilla solo posible gracias a los acuerdos que hacemos, consciente o inconscientemente, para poder funcionar como grupo.
En otras palabras, en esos acuerdos podemos asegurar un rango lo suficientemente estrecho entre variaciones individuales de percepción para que las diferencias no nos impidan trabajar y vivir armoniosamente.
En el caso de los ciegos podemos especular basados en lo que sabemos de la biología del ver y de cómo el cerebro procesa las señales luminosas.
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Todo depende del tipo de ceguera. Los ciegos de nacimiento no ven nada. No podemos decir que ven oscuridad porque ellos nunca han visto la luz. Es como preguntar ¿qué es lo que ves con la yema de tu dedo índice? Si nunca has experimentado la luz no puedes “ver” oscuridad. Ella solo existe en la ausencia de luz.
Si la persona se queda ciega después de haber tenido visión pueden pasar varias cosas dependiendo de la causa de la ceguera y de la extensión del daño. Puede que perciban una oscuridad completa, sin variaciones. También es probable que dentro de esa oscuridad lleguen a “ver” chispas de luz o reflejos como relámpagos de variada intensidad.
También se han reportado visiones o alucinaciones. Recordemos que el ver es un proceso que se da en el cerebro y este retiene un record de lo experimentado a lo largo de los años de visión. Esas escenas vuelven en el vacío que se produce en la ceguera.
Aquellos que son declarados legalmente ciegos pueden ver objetos o personas pero grandemente desenfocados y borrosos. Son capaces de detectar movimiento y colores.
Una variación interesante de la pregunta original es ¿qué sueñan los ciegos?
Los nacidos invidentes sueñan basados en los estímulos a su alcance, no sueñan con imágenes sino con olores, sonidos, tactos, etc.
Los que se quedan ciegos en algún momento de sus vidas tienen sueños como cualquier otra persona, tienen capacidad de formar imágenes estáticas o dinámicas a todo color. Igual sucede con los ciegos legales. Todos ellos tienen tiempo de formar un depósito de información perceptual que se puede expresar después como sueños.
Un hecho interesante que se ha podido constatar es que algunos ciegos de nacimiento, aunque no pueden ver luz, saben cuándo hay luz a su alrededor, es decir perciben la presencia de la luz. Es por eso que pueden mantener sus ciclos circadianos en conjunción con los demás.