La manera de vivir en el reino (Humildad)
Jesús se especializó en tareas humillantes que otros evadían. Él nunca se consideró por encima de nada, porque vino a servir. Él hizo todas estas cosas y no fueron molestia para su grandeza, lo hizo porque quiere que sigamos su ejemplo.
Los ciudadanos del Reino de Dios mantienen un bajo perfil.
No se promueven, ni llaman la atención sobre sí mismos. Si se les reconoce por su servicio, lo aceptan humildemente, pero no permiten que la notoriedad los distraiga de sus trabajos. Los ciudadanos del Reino de Dios no sirven para la aprobación o el aplauso de otros. Son famosos para Dios.
Lucas 14: 7: 14 “Observando cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió a los convidados una parábola, diciéndoles: 8 Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más distinguido que tú esté convidado por él, 9 y viniendo el que te convidó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y entonces comiences con vergüenza a ocupar el último lugar. 10 Más cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa. 11 Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido. 12 Dijo también al que le había convidado: Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar, y seas recompensado. 13 Más cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; 14 y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos”.
Parece que es parte de nuestra naturaleza el querer ser siempre el centro de atención. Trabajamos muy duro para destacar, brillar y ser notados. Entonces viene Jesús y nos dice que estamos haciendo todo al revés.
Los judíos tenían esta actitud, ellos hacían todo lo posible para atraer la atención sobre sí mismos. Jesús notó cómo veían los mejores lugares, y se apresuraban para llegar a ellos primero. A veces, el anfitrión tenía que cambiar la posición de los invitados en las mesas de acuerdo con su verdadera importancia, lo que resultaba en la humillación pública de algunos de ellos. Es mejor permanecer humildes y sentarnos en el lugar menos importante, que sentarnos en el lugar de importancia y que se nos pida movernos a un lugar menos importante. Eso les advirtió Jesús.
Jesús nos enseña a tener una visión correcta de nosotros mismos Rom 12: 3 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que cada uno piense de sí con cordura, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno” Si pensamos que merecemos ser honrados y servidos, desarrollaremos un carácter egoísta y egocéntrico, y estaremos constantemente expuestos a la decepción y la humillación.
El Señor nos dice que ocupemos el lugar menos importante. Un famoso pastor decía que: “si hemos muerto con Cristo, no tenemos derechos, porque los muertos no tienen derechos en absoluto.”
Si somos sinceros, reconoceremos que esto es cierto, como también es cierto que nosotros no merecemos un lugar de honor, porque sólo hay una persona que merece toda la gloria y el honor, y esa persona es Jesús. Si hay algo en nosotros digno de alabanza es porque Él ha hecho tal obra en nuestros corazones, que brillamos por su gloria no por la nuestra. Nosotros no somos la fuente de luz, sólo la reflejamos. Si hemos destacado en cualquier área de nuestra vida es por su gracia.
1ª Cor 4: 7 “Porque ¿quién te distingue? ¿Y qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?”.
Cristo parece estar diciendo: Conoce tu lugar, y en todas las circunstancias permanece humilde.
Él nos promete que el tiempo vendrá en que recibiremos honor. Si permanecemos humildes podríamos ser llamados a un lugar de honor. La mayor prueba de esta verdad es nuestra salvación. Éramos gente orgullosa antes de venir a Jesús, caminábamos nuestro propio camino y hacíamos nuestra propia voluntad, pero una vez que escuchamos su voz, nos humillamos ante Él y nos sometimos a Su Señorío. Como respuesta, el Señor nos ha dado un lugar en el cielo.
Efes 2: 5-6 “Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales en Cristo Jesús”.
Tan difícil como parece de adquirir, la humildad es necesaria si hemos de honrar a Cristo, porque la humildad produce obediencia y la obediencia honra a Dios. Así que, como Él era humilde, también nosotros somos llamados a ser humildes.
Fil 2: 5-11 “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.
Que el Señor llene de humildad nuestros corazones de tal manera, que solo busquemos darle la gloria a Él, sirviendo a los demás.
Que podamos reflejar su gloria para que la gente reconozca que hemos andado con Jesús, como dice Hch 4: 13.
Dios los bendiga y hasta el proximo post.
Qué hermosas palabras llena de gracia y humildad realmente en este tiempo de orgullo y altivez. Siervo inútil soy porque hice lo que se me había mandado. Amén Bendecido seas
Debemos tener mucha humildad en nuestro corazón, porque la arrogancia y la soberbia desagradan a Dios.
Muy claro, preciso y necesario tu mensaje, si alguno da testimonio de si mismo su testimonio es falso, nosotros debemos dejar que sea Dios quién de testimonio de nosotros y nosotros preocuparnos por dar testimonio de Dios presentando a Cristo con humildad y mansedumbre ante los demás.!
Hola saludo. Para mi la riqueza mas grande que se puede tener es la humildad.