¡Hola Mundo Steemit!

En este post quiero compartir estos pensamientos que me han acompañado desde el día de ayer.

“Es muy fácil decir las cosas, pero qué difícil es hacerlo.”

A menudo escuchamos decir este dicho para justificar que las cosas, aunque no son imposibles, se nos vuelven cuesta arriba, y lo que hacemos es echarlo a un ladito para hacerlo luego. Pero si tenemos la disposición de hacer las cosas y nos la proponemos, aunque sea hacer el intento, es un gran paso que hemos marcado para seguir adelante.

Sabemos que hay circunstancias difíciles que nos toca afrontar, todos tenemos nuestros penurias, pero debemos reaccionar ante esos estados mentales desde una perspectiva diferente, cambiando de ser la víctima a ser el espectador.

¿Y qué logramos con esto?

Bueno, a demás de cambiar nuestra posición para ser el observador, nos lleva a manejar las emociones con inteligencia y a autocontrolarnos. Mediante la técnica del observador, nos volvemos conscientes de que el ego reacciona con un pensamiento que nos preocupa, y ese pensamiento viene acompañado de la señora paranoia, quien le agrega la sustancia tóxica y envenena los demás pensamientos con su zalamería y por consiguiente empieza a generarnos emociones tóxicas, como la ira, la rabia, la envidia y otras más.

Generalmente, cuando no somos conscientes de ello, sucede que actuamos bajo esa energía negativa, porque estamos acostumbrados a dejarnos llevar por estas emociones que nos hace mover bajos estos impulsos y ”nos vamos de bruces.”

De esta forma, decimos lo que no queríamos decir, hacemos lo que no queríamos hacer, reflexionando después de haber actuado bajos los impulsos de una emoción negativa, contagiada por un pensamiento no observado.

Pero cuando te despegas de la posición de víctima, observas el pensamiento y te das cuenta qué emoción sale a lucirse en las tablas cuando se abre el telón, automáticamente esa emoción se paraliza, y para ello debes detenerla, te doy tres técnicas:

1. La que suelo usar es riéndome, como si toda esa novela que se reproduce en mi mente fuera una comedia, llena de momentos cumbre, y me digo: ¡Tremenda novela culebrón! (cuando se excede del melodrama). -“Gilson tu sí que tienes ideas para los dramas, deberías escribir el guión de la próxima película melodramática.”-
2. Ordenar a tus pensamientos que se detengan, diciendo mentalmente o en voz alta “STOP!”
3. Tener una banda elástica en tu muñeca, y cuando seas consciente de tus pensamientos y emociones, estirarla y sentir el pequeño latigazo en tu muñeca, con esto no quiero inducir al automaltrato, pero permite reaccionar y programar al subconsciente cuando generemos estos pensamientos y detenerlos en el instante.

El hecho de reaccionar, da paso a la observación para evaluar qué emociones nos está produciendo esos pensamientos y tomar un rumbo diferente. Por eso, respira hondo y piensa con cabeza fría otros escenarios para traer a tí el autocontrol.

Es la forma más sensata de hacernos responsable de nuestra vida, no podemos resistirnos a seguir el juego. Los cambios a nuestro alrededor son inevitables y muchas veces necesarios, siempre parecerá que el mundo es un lugar hostil y cruel, en el que siempre pasan cosas malas, pero ¿por qué no cambiar de actitud? Pues, detrás de cada cambio florecerán oportunidades, así que déjate llevar por la intuición.

Déjate llevar por tu sabiduría, y se resistente a los cambios para que eso que está afuera no se apodere de tí y robe tu paz, esos apegos “¡LIBÉRALOS!”. Nos da miedo soltar las cosas porque pensamos que las perderemos, pero si la mantenemos atadas no se expresarán como de verdad son, ni obtendremos la recompensa del verdadero sentido del valor.

No percibimos el cargo de las preocupaciones innecesarias que nos hace tan pesado el camino.

Hoy decidí soltar, y me reconfortó la sensación de que el amor que doy a lo que hago, es bien recibido de vuelta, porque un amor libre te llena de felicidad, sin inducirlo por nuestra manipulación o forzar que las cosas se den según nuestro capricho. Eso, para mí, es garantía de su reciprocidad, de corresponder y por su fruto lo reconoceré, confiando en que ha de ser así.

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¡Nos estamos leyendo!