@albertotang, mientras leía tu post me vino a la mente algo de lo que ya no se habla, precisamente por lo que dices acerca de las distancias entre las gentes, distancias que cohabitan con sus cercanías .
Es el tema de la relación epistolar, que aun en las distancias (las de miles de kilómetros, no las de las metrópolis nuestras deshumanizadas) despertaba esas emociones que ya no se dan en nuestra cotidianidad. Cuando no había correo electrónico, las cartas se guardaban con especial estima, aun cuando alguno de los corresponsales se hubiese muerto.
Nuestra capacidad de aprehensión sigue siendo la misma, no aumenta con la tecnología. El tiempo que nos toma leer un libro hoy, digamos, el Quijote, es el mismo que hubieran tomado nuestros abuelos para leerlo.
Otra cosa que recordé mientras te leía, fue un artículo de Umberto (sin hache, es italiano) Eco, no recuerdo el título, pero estaba dedicado al tema de la pérdida del pudor que han traído consigo los mass media . Hablaba Eco de programas del tipo juzgado en el que las personas (fingiendo o de manera real) muestran sus miserias en la tele. Es un problema de nuestro tiempo. No sé si, como dices, la humanidad mejorará en el futuro, pero lo ansío mucho.
Saludos.