Somos mortales
Tanto que nos aferramos a la vida,
aún sabiendo que la muerte es inminente.
Antes o después. Llega de imprevisto o
simplemente a la hora pautada.
Enfermedades van y viene, curas alistadas;
pero ella al final gana la batalla.
Aferrados seguimos, hasta el último aliento,
esperando que equivoque la circunstancia.
Nunca entenderemos, quizás, que toda transición es necesaria,
que hay caminos y hay paradas, que siempre la muerte será
nuestra morada.