Mi primera apendicectomía

Ya les conté cómo fue mi rotación por ginecología y obstetricia, aprendí muchas cosas cuando estuve rotando en ese servicio, pero hablemos ahora del área que realmente me gusta. Les contaré una de las cosas más chistosas que me pasó cuando estuve en el servicio de cirugía.

Las apendicitis es una de las enfermedades que son más frecuentes en la emergencia. Después de tener unas semanas en el servicio de cirugía, desdepues de haber realizado infinidades de ingreso por fin llegó el día que más esperaba, el día que me tocó entrar a quirófano y pude asistir en mi primera cirugía, está cirugía se trataba de una apendiceptomía, quizá es un procedimiento algo sencillo para un cirujano experimentado y para el cirujano solo sería algo de rutina, pero cómo esta era mi primo no podía evitar sentirme cirujanísimo. Después de pasar el paciente a quirófano, luego de colocar la anestesia voy a lavar mis manos junto con el cirujano, que por cierto es uno de mis docentes favoritos del hospital de mi ciudad, al que siempre me refiero cariñosamente a el como "el popular Dr. Eddy" quién es excelente cirujano y buen docente médico. En fin, sin desviarnos tanto del tema continuaré. El Dr. Eddy me hacían preguntas sobre anatomía y fisiopatología, todo esto era sobre el tema de apendicitis aguda. Cuando por Fin llega el momento más esperado de entrar a quirófano, después de esterilizar mis manos y que la enfermera ayudó a colocar todo el instrumental , luego de vestirnos para la cirugía y cumplir toda la parafernalia inicia la cirugía, el doctor realizó la insición de McBurney, hizo una diéresis por planos como debe ser, aquel procdemimieto para mí duro una hora aproxiamente, pero luego de ver el reloj noté que cuando ya estábamos cerrando el ultimo punto de sutura habían pasado solo 13 minutos para ser exactos.

Al terminar esos últimos puntos por alguna razón tuve aquella sensación leve en la estomago, luego por alguna razón estaba sintiendo las piernas más suelta de lo normal, es decir, sentía como que el suelo se desvanecía poco a poco, por alguna razón solo se me ocurre mira al residente de anestesia quien me estaba viendo con cierta extrañes, no presté atención pero estaba sintiendo mi cara un poco más sudorosa de lo normal, cabe destacar que el frío qué hay en quirófano es similar al de una nevera. Otra vez miró ál residente de anestesia quien me dice "chamo estás pálido ¿necesitas el banquito par al que te sientes?" En eso el Dr. Eddy ve mi cara de agonia silenciosa y comienza a reír y me dice "que pasó chamo, te dio una pálida" pues tuve que entrarme en el banco, porque a pesar de que estaba feliz y de sentirme cirujanísimo igual se me bajó la tensión. Todavía lo recuerdo y no puedo evitar reírme a carcajadas de eso. Pero al mismo tiempo, ese día descubrí que lo mío son las artes quirúrgicas.