Era invierno, las lluvias iban y venían, el frió se sentía en el ambiente, las mariposas volaban adornando el cielo con sus diversos colores, los animales del monte corrían de un lado a otro, jugaban los conejos, las ardillas subían velozmente los troncos de los arboles con una agilidad increíble. Todo era alegría, los pájaros cantaban, era la época de cortejo, donde los pájaros exhiben su plumaje con orgullo para atraer la mirada de una hermosa pajarita, esa época en que se puede sentir la vida en todos los rincones del bosque.

Cada especie se divertía por su lado, todos de manera individual, pero al observar la generalidad de ellos, se podía apreciar una enorme familia viviendo en total armonía.

Esa armonía estaba a punto de ser quebrantada, pues a lo lejos del bosque se había mudado una señora que venia de la ciudad, la señora se encontraba muy enferma y el medico le recomendó que tenia que buscar la paz y la pureza del aire que solo le podía proveer el bosque. Esta señora era adinerada y con su dinero le compro a los antiguos dueños todas las tierras, dentro de ellas estaba el bosque. Derrumbo la humilde casita de barro con techo de paja y construyo una casa al estilo urbano.

La señora se sentaba todas las mañanas bajo la sombra de un árbol que estaba al lado de su casa a respirar el aire puro del campo, a escuchar el trinar de los pájaros y sentir la brisa fría que bajaba de las montañas haciéndola sentir saludable.

Un día mientras estaba sentada como todos los días, vio que unos hermosos pájaros de color rojo brillante y alas negras que se posaron en el árbol y empezaron a cantar, estaban haciendo su danza de cortejo, y la señora quedo maravillada con la hermosura de su plumaje. Tanto así que le ofreció dinero a un joven que iba a limpiar su casa de vez en cuando para que le atrapara uno.

El joven al principio se rehusó a capturar al pájaro, pero con su dinero corrompió al joven muchacho.

El joven se adentro en el bosque y con una jaula logro atrapar a uno de los pájaros, capturo una hembra. Cuando esto sucedía todos los pájaros se agitaron, las ardillas salieron corriendo despavoridas, los conejos saltaron a su madriguera y solo se escuchaba el chillido de la pajarita pidiéndole ayuda a su compañero. Este nada pudo hacer, volaron al rededor del muchacho pero el salio corriendo con la jaula en la mano, deseoso de recibir su dinero.

Llego a la casa de la señora, le entrego el pájaro, la señora le dio mas dinero del que le había ofrecido y se fue. La pajarita saltaba de un lado a otro, metía su pico entre los alambres de la jaula, lo hacia con tanta fuerza que a los pocos minutos de estar encerrada se rompió la base del pico, la señora al verla agitada le coloco agua y frutas. Pero la pajarita no quería nada de alimento, solo quería su libertad.

La señora ignoraba el mal que había hecho, ella también estaba sola y quería compañía, pero no la compañía de un humano, sino la de un animal silvestre para poderlo escuchar cantar, ver y atender. Ella le decía "aquí conmigo tendrás toda la comida que quieras, no tendrás que volar a otras partes a buscarla, porque la tendrás a pedir de boca, agua, frutas, cereales, todo, y como recompensa yo recibiré de ti tu canto hermoso todas las mañanas"

A la mañana siguiente la saco hacia el patio y la colgó con su jaula al lado del árbol, la pajarita empezó a emitir su canto de ayuda, y enseguida llego su amado en compañía de otra pareja de pájaros. Él desesperado le respondía con un sonido desesperado de angustia porque no podía hacer nada por ella. La tristeza se sentía en el ambiente, el sonido amargo que emitía la pareja se escuchaba en el bosque. Ya el ambiente no era el mismo, hasta el viento se había paralizado, las hojas de los arboles empezaron a caerse a pesar de que eran nuevos brotes.

Cuando la señora vio la desesperación de los pájaros, se sintió culpable y reflexiono.

"Por mi egoísmo y soberbia le he privado la libertad a este hermoso pajarito, le he quitado un hijo a la naturaleza, por lo tanto te pido disculpa", la saco de la jaula, le dio un beso y la dejo en libertad...
Le devolvió la alegría a todo el bosque, el pajarito canto agradecido y se fueron volando hacia el bosque y retorno la paz...

Fin..

Por: @rmm31

Reflexión:

A veces los seres humanos no apreciamos la libertad, nos creemos los todopoderosos, y sin pensar le cambiamos la vida a cualquier animal silvestre, y esto lo hacemos porque somos los únicos capaces de modificar cualquier ecosistema, sin percatarnos del perjuicio que le hacemos a la naturaleza ¿cuantos de ustedes no tiene un pajarito en cautiverio? ¿o alguna vez lo llego a tener?. Bueno espero este cuento los haga reflexionar y podamos conservar la fauna y toda la naturaleza en su total integridad.

Espero les guste, es de mi propia autoria, por lo tanto es inedito. Pueden dejar su reflexión en la parte de comentarios. Gracias..