Encuentros con lo Inesperado (Parte III): "Mi vida ya no me pertenece"
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No se como, pero escape de la algarabía que se formó luego de mi llegada. Parece que llevo horas caminando y no encuentro la salida; no se lo que siento en éste momento, unas ganas inmensas de llorar se concentran en mi pecho, me siento encerrada y creo que literalmente lo estoy. Cuando llegué aquí y abrí mis ojos pude reconocer a dos personas entre la multitud de monstruos, mis padres; esos que durante toda mi vida me hicieron creer que habían fallecido, esos que me dejaron a manos de una persona que me odiaba, esos que no estuvieron para levantarme cuando caí, quienes nunca secaron mis lágrimas y nunca me abrazaron.
Mi primer impulso al ver a mis padres, fue correr y huir. Unos guardias con dos cabezas intentaron cerrarme el paso pero un movimiento en la mano de mi padre los hizo detenerse; gracias a eso entiendo que ambos son la autoridad de éste lugar desconocido para mí. Paré de correr hace unos minutos, ahora simplemente me encuentro caminando con la cabeza baja; he intentado ocultarme lo mejor posible de todo el mundo trasladándome bajo las sombras, aunque todo aquí es oscuro. No tengo mucho tiempo lejos de la luz del sol y ya la extraño.
Ese simple hecho logra que unas lágrimas empiecen a resbalar por mis mejillas, exploto. Unos sollozos incontrolables me sacuden, estoy llorando sin poder detenerme. En un momento dado, unas voces logran detener mi llanto; esas voces hablan de mí, gracias a esas voces me entero que mis padres son los reyes de este lugar: "El Inframundo" un lugar que ni siquiera creía que existía, un lugar que solo era real en los cuentos de hadas y en las leyendas; al final pertenezco a éstas tierras.Ahora la rabia burbujea en mi interior, mis padres se alejaron de mi toda mi vida, me mantuvieron alejada de este lugar, se olvidaron de mi, me dejaron a la deriva, para luego de diecinueve años traerme acá con un propósito desconocido para mi. Es completamente inaceptable. Doy media vuelta y me dirijo de nuevo al lugar de mi llegada, enfrentaré a esos seres desconocidos que son mis padres; les diré las cosas como son, les reprocharé por haberme dejado sola, por hacerme tanto daño.
Al llegar allí me encuentro con un amplio salón lleno de lujos que antes no pude notar por la cantidad de monstruos que había. Unas enormes y bellas lámparas hechas de oro cuelgan de lo que parece el mismo cielo, doy vueltas observando todo, es completamente hermoso; me quedo sin palabras al darme cuenta que estas lámparas se extienden por los confines del Inframundo, logrando así una imagen de una noche estrellada. Es bellísimo.-¿Admirando el lugar? - Me pregunta una grave voz. Me volteo y me encuentro con nada más y nada menos que mi padre. - Deja que me explique por favor Krisslayn.
-Hazlo, explícate -Le digo con amargura- Explícame la razón por la cual ni siquiera se tu nombre. Explícame por qué nunca tuve un papá que me protegiera y una mamá que me abrazara. Ni tu, ni esa mujer estuvieron cuando lloré, cuando sufrí. Nunca reí con ustedes, nunca los había visto; ni siquiera los recordaba hasta este momento y ahora resulta que estoy aquí para casarme con un algo que ni siquiera conozco. ¿Por lo menos ustedes son normales o esto es solo un disfraz?
Unas manos estilizadas rodearon los brazos del hombre parado frente a mi, mi madre. La mujer que me dio la vida pero no me crió, la mujer que me abandonó.
-Nunca te dejamos sola Krisslayn, únicamente no podíamos arriesgarnos a que nos vieran, hubiese significado un peligro para ti- Dijo ella con su melodiosa voz- Nos encontrábamos en guerra con el cielo hace poco más de un año, ellos querían destruirte, no podíamos permitirlo.
-No saben cuanta falta me han hecho toda mi vida- Dije con lágrimas brotando por mis ojos, sin poder detenerlas- Siempre quise tener padres y nunca los tuve, hasta hoy; y me entero que son los reyes del inframundo y que una estúpida guerra los separó de mi.
Mi madre se acerca cautelosamente, acaricia mi cabello y finalmente me abraza, la dejo hacerlo. Mi padre hace lo mismo y nos fundimos los tres en un abrazo que dura varios minutos. Al fin y al cabo, siempre quise un momento así.
Llevo ya algunos días aquí y he pasado por miles de cambios. Saber que eres hija de los reyes del Inframundo puede acarrear suficientes consecuencias como para no querer enterarte nunca de ése acontecimiento. Me siento incómoda en éste lugar, aunque es bellísimo. El Inframundo no es como lo pintan los humanos; pero mi vida no está aquí, o por lo menos no la que solía ser mi vida.
Mi vida llena de libros, de tristezas y alegrias, mi vida en soledad, mi vida con mis sueños; mi vida humana ya no existe. Ahora estoy en una vida completamente distinta, una vida que no me pertenece.
Voy a leer las entregas anteriores ;) Me gusta el aire denso que le imprimes al ambiente, muy bien logrado. Espero la siguiente parte.
Muchas gracias, de verdad. Me encanta que te haya gustado.
me gusto mucho, espero la continuación. felicitaciones por este relato
Muchas gracias, espero que los siguientes post puedan seguir siendo de tu agrado. Gracias por tu apoyo :)
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