El cuerpo que habito. Capítulo 1. Mi pancita.
Desde que tengo memoria, tengo panza.
Esto nunca fue un problema, hasta que un chico me hizo notar que tenía gorditos y me obsesioné con mis gorditos que, nunca me habían molestado hasta entonces.
Con el tiempo, acepté mis gorditos (otra vez).
Hace algunos años adelgacé sin motivo aparente pero yo estaba contenta porque dejé de tener panza y era más delgada en general.
Y aquí fue cuando comenzaron los comentarios del tipo: "estás demasiado delgada".
Por amor a mis gorditos...
Tenía una conocida que me decía todo el tiempo ese tipo de cosas, queriéndome hacer sentir mal por estar delgada sólo porque ella no lo era y esto me resultaba muy incómodo.
Yo estaba muy bien con mi cuerpo, la verdad. Pero cuando vine a Lisboa fui engordando progresivamente y llegó de nuevo mi panza. Lo pasé muy mal porque no me sentía bien con mi cuerpo, ni con la ropa y comencé a compararme con otras mujeres que según yo, tienen el cuerpo ideal, el cuerpo perfecto.
Una vez, le comenté este nuevo problema a mi psicólogo y él me dijo algo así: si pienas en tu entorno cuando estabas más delgada quizás no era el mejor entorno y, ahora con panza, eres más feliz y haz logrado tanto...
Y tiene razón.
Fue un proceso duro, hacía ejercicio pero seguía igual, comía moderadamente pero mi panza seguía ahí. Y si bien hoy sigo sin querer tener panza, trabajo cada día en aceptarla y en entender que no soy mi panza, que mi panza no me quita valor ni me hace fea, es solo eso: una pancita.
También trabajo en no hacer comentarios sobre la pancita, ni el cuerpo de nadie porque sinceramente no aportan absolutamente nada. Y si tú, que me lees tienes una pancita (sea del tamaño que sea) o eres "demasiado" delgada y alguien te dice algo al respecto, deja que esa persona se quede con su comentario e intenta no conectarte.
Lamentablemente gracias a los estereotipos se creó el cuerpo perfecto según ciertas empresas de bellezas, causandonos muchas inseguridades a muchas mujeres. Pero, ¿Qué importa eso del cuerpo perfecto? Todas las mujeres somos diferentes y somos perfectas a nuestra manera. Solo debemos tener un poco de confianza y seguridad en nosotras mismas. Yo también me sentí acomplejada en algún momento, de hecho, a veces me entran inseguridades. Pero, ¿Que gano con eso? ¡Nada! Solo me siento mal. Yo también tengo gorditos, tengo estrías, mi nariz no es perfilada, sufrí de acné y me quedaron mariquitas. Y así con todo eso me aceptó tal cual soy. Y es lo que tenemos que hacer todas las mujeres sin importar comentarios de terceros 😊. Me gustó mucho tu post, mi voto para ti.
Gracias por compartirme tu opinión, en efecto el cuerpo perfecto no existe y tenemos que seguir promoviendo cuerpos reales y seguir trabajando en amar cada partecita del cuerpo que habitamos. Un abrazo, Yaneth.