Génesis

Génesis, fue una historia que quedó inconclusa. Fueron varios meses de trasnochos, refrescos mezclados con café, cigarrillos, insomnio puro, e inspiración, que hizo que mis dedos perdieran parte de las huellas dactilares.

Escribí y escribí y escribí... Hasta que los ojos se me cuadraron.

Sin más preámbulos, espero les guste.

Génesis al fín saldrá de debajo del polvo que lo cubre en un archivo de word.

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Astros.
Parte I: Desplazamiento

Me encontraba a oscuras, bajo el gélido frio que bramaba en mis huesos y nervios.
Las hojas susurraban en mi ventana buscando formas de entrar a refrescarse en la noche. Rogaba que Emily estuviera despierta, la niña de mis ojos, la manzana d mi Adán. Mi hermana de 14 años, la que me acompañaba noche y día desde que mis padres murieron, Gracias a Em mi depresión se vio opacada con las risas de una inocencia ambulante.
Giro a mirar el reloj, 2:34 am ¡Maldita sea! ¿Por qué diablos no puedo dormir? Busco miles de respuestas en mi cabeza mientras me levanto a tomar agua, respuestas del cosmos y las pequeñeces del universo, sin éxito vuelvo a mi cama, a seguir girando cada 30 segundos. Y ya al levantarme, tenía el valor de una piltrafa.
Mientras me ducho suena el teléfono, 1… 2… 3 veces… Maldición, era mi jefe, el único ser capaz de llamarme a las 6 am solo para ver si sus peticiones iban cumplidas para el día de hoy.
--- ¿bueno?—Recurro a mi voz somnolienta, cuando escucho y comprendo que mi jefe se ha tomado 53 tazas de café y probablemente 24 cigarrillos, sin filtro…

Capitulo I
--- Jennifer, tenemos un problema, ¿Puedes presentarte hoy a las 8 am en la oficina?
--- Si jefe, como usted diga --- Tranqué.
Respiré profundo, tome un café, tomé un preciado cigarrillo de mi cartera, y me dispuse a salir a la calle.
Estábamos en pleno invierno. Em, mi hermana menor, me prestó la bufanda rosada de mamá, olía a lirios y rosas, el olor que siempre me ha recordado a mi madre, una cálida mujer que padeció de cáncer peritoneal a sus 44 años, resistió tan espantosa enfermedad durante dos largos y cadavéricos años, antes de sucumbir, y mi padre murió de depresión justo después de ella… En 3 años logre quedarme fatídicamente sola.
Crucé el umbral, bajé los escalones tomando fuerza para caminar 5 cuadras con un frio que podría secar la piel y romperla como papel. Mientras caminaba, podía observar millones de caras, de sentimientos, de sensaciones, de dolores, alegrías, todo en miles de rostros que solo podían observar un suelo árido por donde pisan, no veían que alguien los detallaba. Llegué a mi oficina, y estaba la recepcionista, con cara de que se ganó la lotería, o había conseguido consorte nuevo para las noches.

--- Buenos días señorita---
--- Hola Adriana--- sonreí fríamente, mis facciones estaban muy congeladas y adoloridas para sonreírle verdaderamente, aunque se lo merecía, Adriana era una joven de 19 años que estudiaba para ser periodista, había tenido que adular a miles de personas que cruzaban por esa puerta giratoria.

Subí a mi oficina, y conseguí a mi jefe fumando lo que podría ser su cigarrillo numero 89, salí del elevador, y me dirigi con profundo letargo a mi oficina. Buscando documentos de entrega y límites de fecha de mis subordinados, mi jefe, el Sr. Johannsen, logró entrar y perfumar mis gardenias con alquitrán y nicotina…

--- Jennifer--- ¿Cómo estas pequeña?---
--- Muy bien jefe, Buenos días, dígame; ¿Qué es tan importante que me logró sacar a rastras de mi cama?---
El hombre carcajeó, seguro pensó que era una broma... Una cruel broma.

---Bueno… Necesitamos que alguien cubra nuestra nueva extensión en la compañía, en la parte científica. No encontrare a nadie que maneje esta área como tú, eres la mas calificada para el puesto, así que la decisión es unánime, si la deseas---
¡Demonios! Mi jefe, el ser más oscuro, autóctono, y duro del mundo, ¿Me había ofrecido un cargo? ¿Y de los importantes? Debía ser un día bueno, o a mi jefecito le gustaba el frio. Sonreí de forma automática, y le dije --- Claro jefe, lo que usted ordene, la verdad me hace falta un cambio en la agenda---
--- Hay un pequeño detalle--- me acotó con profundo misterio.
--- ¿Acerca de?---
---Los archivos donde trabajarás, son completamente secretos, el departamento de la defensa Nacional nos mantiene bajo perfil dado lo complicado de la labor, se que solo tú puedes hacer esto y llevarlo de la mejor manera, ¿Cuento contigo Jennifer...?---
Mis ojos se abrieron al unísono. No podía creer semejante babosada.
Mi jefe me dio la mañana más espeluznante de toda mi carrera en la ingeniería genética, yo era honesta, mi labor era trabajar con cebada, al saber qué era eso me sentí insignificante, como si mi carrera hubiese sido disminuida a manejar la cafetera y saber conectar las computadoras al internet inalámbrico.

A la hora de almuerzo, llegó Glenn, y creo que no quería hacer más nada… Sino almorzar con él. Glenn es un compañero de trabajo. Aparte de ser mi mejor amigo, ambos nos graduamos juntos y nos llamaron a trabajar en distintos departamentos, cuando vieron nuestro potencial juntos como equipo, pues nos juntaron en un departamento biológico creacionista, mucha gente perdió la cordura en este departamento, ya que al trabajar aquí se cede una parte de la humanidad, y empiezas a pensar como científico. De un par de años hasta la fecha, Glenn y yo habíamos estado vinculados más que laboralmente, sin pasarse de listos.
Sabiamos que algo ocurría pero eramos muy cobardes para enfrentarlo…
---Hola peque--- sonrió abiertamente al ver mi cara tatuada en los libros de Física.
---Hola Glenn ¿Qué tal tu mañana? Escuche que el Sr. Johannsen estuvo rondando las oficinas en ambos departamentos.
--- Si la verdad, no sé que andaba buscando, pero a ti te andaba suplicando… pidió que te llamaran tres veces, que era un asunto urgente del que dependía la compañía entera---
Se sentó a mi lado a contemplar mientras almorzábamos, mis uñas carcomidas y descuidadas.
--- Oye, luces terrible--- menciono de forma divertida.
--- Eres muy tonto, tu siempre me veras de esa forma.---
--- ¿Por qué dices eso? Tú no tienes idea de cómo veo las cosas--- Fue un comentario bastante peligroso, dado nuestros antecedentes de amor y frustración, estuve mirándolo por 5 segundos buscando una respuesta a su estrategia de hacerme sonrojar para burlarse.
---Sigo creyendo que lo eres, pero tienes razón no sé cómo ves las cosas--- Contesté con resignación, al momento que Glenn iba a abrir la boca para articular, sonó mi teléfono, quise tirarlo en la taza de café caliente, hasta que dejara de sonar.
No contesté, me limite a mirar mi mano derecha, con profundo pesar. No había nada en ella.
--- ¿Jen?, tengo algo que decirte. ¿Tenemos cuantos años conociéndonos?---
Aparentemente era importante su discurso, jamás habíamos tenido en cuenta el tiempo de habernos conocido, ni cuando, ni mucho menos como.
---Aproximadamente unos 10 años--- respondí en automático. --- ¿Por qué?---
---Bueno--- Intentó hablar, buscando las palabras correctas
---La verdad es que… Nunca he conocido a ninguna mujer como tú, eres mi mejor amiga, y creo que…--- suena el teléfono de nuevo. Lo deje sonar, hasta que se silencio de nuevo. Me sentía en una comedia romántica, el chico que quiero me pedirá que salgamos, y cuando por fin lo va a hacer, el teléfono suena sin parar como una cigarra obsesionada.
---En fin… retomando el tema, eres mi mejor amiga, y posiblemente la única mujer en mi vida, después de mi madre, y lassie…--- Lassie es la cachorra de husky siberiano que tiene Glenn desde hace tres meses, es la compañera fiel de Glenn cuando llega de trabajar.
---… Bueno, a mí también me invitaron a trabajar en ese departamento desconocido…---
Lo observe de forma divertida, mientras trataba de conseguir una forma adecuada para decirme, que se iría conmigo, y que no desea que las cosas se confundan.
---Pero no se dé que se trata, invitare al Sr. Johannsen a una reunión solo nosotros tres, solo si tú estás de acuerdo.---
Y en mi corazón estallo un globo aerostático, el fuego me quemo la garganta…

Continuará