Un dia un pequeño niño Observaba por una ventana a su abuelo, el cual tenía varios minutos solo mirando sus manos, el niño extrañado se acercó a su abuelo y le pregunta si se sentía bien?. pues tenia rato en ese estado, en lo que el abuelo le respondió: estoy muy bien, solo que nunca me había detenido a mirar mis manos, tu lo has hecho? pregunto al niño a lo que él respondió no nunca lo he hecho abuelo.
El abuelo sonriendo dijo hoy mis manos ya están viejas, secas y arrugadas, pero en mucho tiempo mis manos me han dado de comer, han lavado mi cuerpo , han atado las trenzas de mis zapatos. Mis manos se han juntado para orar, las vi ásperas y cortadas por lo duro del trabajo,fueron un poco torpes cada vez que cargaba a mis hijos, sirvieron para construir y sembrar.
Mis manos en tiempos estuvieron hinchadas y adoloridas, pero aun así todos los días lavaba mi cara, se unían cada vez para pedir la bendición a mis padres antes de salir. Hoy en mi vejez ya casi no pueden hacer nada, pero aun siguen llevando comida a mi boca, aun peinan mi cabello, aun lavan mi cuerpo y por sobre todo aún siguen uniéndose para orar y para esperar el momento en el que Dios con sus manos tome las mias y me lleve con el.